Contexto
Tal como explica Lee Fang en un artículo publicado en el medio The Intercept, la industria farmacéutica occidental ha activado a un poderoso ejército de cabilderos (lobistas) para frenar cualquier posibilidad de liberación de patentes en la OMC, acción que se traduciría en la producción masiva de vacunas genéricas y, en consecuencia, en una mayor tasa de inmunización a escala global.
Negocio
Las patentes constituyen el núcleo fundamental del poder de las grandes farmacéuticas. En el caso de las vacunas anticovid, la privatización de los derechos de propiedad intelectual implica tener un control casi absoluto sobre la distribución y la política de precios (especulativos), lo que otorga un rol oligopólico a las farmacéuticas. Por ende, la flexibilización de las patentes, que tendría como resultado un incremento de la oferta y una diversificación de los productores, representa una amenaza al dominio de una industria muy concentrada.
Detalles
Según los datos presentados por Fang, “la Cámara de Comercio de Estados Unidos, la Mesa Redonda de Negocios y la Alianza Internacional de Propiedad Intelectual” han desplegado un poderoso ejército de cabilderos para influir en la Administración Biden y, desde allí, evitar que la propuesta de India y Sudáfrica en la OMS, acompañada por casi todos los estados miembros a excepción de los países occidentales más ricos, salga adelante.
Datos
Sería un total de 100 cabilderos que ya habrían entrado en contacto con legisladores y miembros de alto perfil de la administración Demócrata. Entre los promotores más sobresalientes de la agenda de Big Pharma se encuentra Mike McKay, un recaudador de fondos para el Partido Demócrata que trabaja para Pfizer, el senador republicano Thom Tillis y Michelle McMurry-Heath, “presidenta de la Organización de Innovación Biotecnológica, el grupo comercial que representa a Moderna, Pfizer y Johnson & Johnson”.
COVAX
El acaparamiento sistemático de vacunas por parte de los países más ricos de Occidente, y el control sobre las patentes, por otro, amenaza los suministros del mecanismo COVAX, una iniciativa desplegada por la OMS para viabilizar la entrega de 2 mil millones de dosis a los países de bajos ingresos y en vías de desarrollo para lograr una tasa de vacunación correspondiente al 20% de sus respectivas poblaciones. Hasta ahora, el mecanismo solo ha entregado 40 millones de vacunas debido a “retrasos y falta de financiación”, destaca Fang, una cifra decepcionante frente a la meta planteada inicialmente.
Intereses
Como destaca el especialista en derecho Brook K. Baker, las grandes farmacéuticas entienden el peligro que la propuesta de India y Sudáfrica implica para su poder comercial y financiero. Baker ha indicado: “Esto incluyó al pequeño ejército de cabilderos bien pagados que incluye a muchas figuras y personal ex-Capitol Hill, pero también incluye campañas publicitarias y artículos de opinión de cómplices de la industria que desafían directamente la exención y predicen el desastre farmacéutico si se adopta […] Esta industria hará cualquier cosa para proteger su propiedad intelectual y secretos comerciales, incluso si no puede y no podrá satisfacer las necesidades de vacunas en los países en desarrollo”.
Por qué es importante
El conflicto en torno a las vacunas y sus patentes demuestra la capacidad de influencia y control de Big Pharma sobre instituciones multilaterales que, en teoría, representan a las naciones y Estados del planeta y sus intereses. Esta disfuncionalidad muestra la urgencia de crear una nueva arquitectura global de relaciones internacionales basada en la concepción multipolar del mundo, la cual ya viene avanzado desde hace años con eje en Eurasia.
Fuente: Instituto Samuel Robinson