El arquitecto jerezano José Carlos Galán está redactando el proyecto y los promotores esperan poder empezar a desarrollarlo en cuanto concluya la fase administrativa y se obtengan los permisos necesarios. A pesar de que el edificio se encuentra en precario estado de conservación, los inversores están convencidos de que la inversión merecerá la pena. El edificio, que fue construido en 1863 a instancias de Manuel María González Ángel, fundador de González Byass, tiene auténticas joyas patrimoniales en su interior, como un patio de cristal ovalado y una escalera de hierro forjado.
El proyecto prevé la oferta de nueve apartamentos de lujo de 40 metros cuadrados de superficie, con plaza de garaje en un aparcamiento cercano y una azotea con jacuzzi y una vista espectacular del centro histórico. Los inversores están convencidos de que existe un nicho de mercado que demanda este tipo de apartamentos de lujo en pleno centro de la ciudad y que asegurará el retorno de la inversión necesaria para rehabilitar el edificio.
Aunque aún no se ha cerrado el uso de la planta baja del edificio, se sabe que la conocida papelería que ocupa el espacio se trasladará a un nuevo emplazamiento y que la propiedad será adquirida por un empresario vinculado al sector de la restauración. Todo apunta a que el espacio tendrá uso hostelero, una vez se culmine la rehabilitación del edificio.
La finca cuenta con cuatro plantas y una composición clasicista con un orden gigante de medias columnas corintias pareadas apoyadas sobre repisas decoradas con angelitos y caballos. Las dos primeras plantas conforman un zócalo almohadillado y los dinteles de los balcones se encuentran profusamente decorados con cabecitas y temas vegetales.
La intervención en el edificio “deberá mantener la apariencia exterior” y los “elementos comunes de circulación, como escaleras principales y patios estructurantes con sus galerías”. De igual modo, deberán eliminarse los elementos añadidos que distorsionen la tipología original y los valores arquitectónicos de la edificación, aunque se permite la redistribución de tabiquería sin modificar espacios conformados con techos de diseño singular y unitario.
Este proyecto supone una importante apuesta por la recuperación del patrimonio arquitectónico de la ciudad y un atractivo para aquellos que buscan alquileres residenciales de lujo en pleno corazón de Jerez.