En medio de la epidemia de Coronavirus que está arrasando el mundo, el régimen marroquí no pudo autocontrolarse y vuelva al arte de la falsificación y las falacias que domina con distinción, por lo que este régimen nos mostró una jugada mal dirigida de que la Dirección General de Seguridad en Marruecos frustra “un intento de contrabandear 7 toneladas de droga” en alta mar con destinoa Europa. La Marina Real marroquí se incautó ayer en las costas atlánticas de la ciudad de Kenitra, a 40 kilómetros al norte de Rabat, de siete toneladas de hachís en un barco de pesca con rumbo a Europa, y detuvo a sus siete tripulantes.
¿Puede un país como Marruecos, el mayor productor y exportador de drogas en el mundo y la región, según informes de las Naciones Unidas y su oficina antidrogas, afirma estar luchando contra el contrabando de esta sustancia tóxica? ¿Puede un país que amenaza la paz y la seguridad en la región al apoyar a organizaciones terroristas en la región, especialmente en el Sahel y África Occidental, ser un modelo para la paz para Europa?
Por supuesto que no, a lo largo de los años Marruecos ha estado practicando la política de falsificación y las maniobras sucias que ya preocupan a los expertos y centros de estudio e incluso a los pueblos de la región, pero a pesar de todo esto, este régimen todavía está reinventando su nueva política antigua, pensando que puede lograr lo que no pudieron lograr hace años. Marruecos produce cerca de 40 mil toneladas de cannabis al año en una superficie de cultivo de 52.000 hectáreas, cifras que mantienen al país como principal productor y abastecedor de esta planta alucinógena, según el último Informe de la UNDOC.
“Mentir, fabricar eventos o visualizar escenarios falsos y falsificar hechos”, es maniobra del régimen marroquí y su prensa ¿Están los servicios de inteligencia marroquíes listos para aprobar un proyecto infernal en la región como lo habían hecho en épocas anteriores?.
La droga procedente de Marruecos golpea duro en Andalucía (España)
En torno a los 60 detenidos en una operación contra el tráfico de hachís en Sevilla, Huelva y Cádiz. Las fuerzas de seguridad de España están llevando a cabo desde este miércoles un importante operativo contra el tráfico de hachís procedente de Marruecos en las provincias andaluzas de Huelva, Cádiz y Sevilla, que ya cuenta con al menos 60 detenidos. Se han incautado más de diez toneladas de hachís marroquí. Asimismo la Gurdia Civil de España ha podido incautar numerosas armas, camiones con narcolanchas ya cargadas, vehículos de lujo, embarcaciones, así como abundante documentación y dinero en efectivo. Según han informado fuentes del Guardia Civil a la gencia Europa Press, se están desarrollando 25 registros en provincia de Huelva capital, en Sanlúcar de Barrameda en Cádiz, o en Mairena y Villamanrique de la Condesa, en Sevilla.
El Majzén (el Palacio Real), el mayor patricinador de resina de cannabis.
El Majzén es dueño de un sinfín de negocios creados exclusivamente para lavar dinero y mantener el control sobre el pueblo marroquí. Sus principales inversiones se concentran en el sector inmobiliario tanto en Marruecos como fuera del Reino, de ahí sus propiedades en París, en el sur de España y en otros países europeos. Este clan supera en mucho a los cárteles de América Latina y Europa en ganancias netas por el trasiego internacional de narcóticos, amasando cada año cientos de millones de dólares. El Majzén continúa siendo la agencia de Estado más poderosa en términos de capacidad militar, influencia política y control sobre los principales corredores de la droga.
Si las rutas y el modus operandi varían, el comienzo de la historia no cambia. El tráfico tiene sus raíces en Marruecos.
Una organización local se encarga del transporte de hachís desde las montañas del Rif hasta el Mediterráneo, a menudo en burros. La resinade cannabis, hasta 5 toneladas por pase, se carga en barcos de pesca, que unen a una o dos lanchas en alta mar. Un piloto, un copiloto, el mecánico y el “acomodador”, el hombre de confianza del dueño marroquí de la droga, reciben los paquetes. Luego la tripulación se dirige a la desembocadura de un río. Cuando todo va bien, los botes se hunden en el mar sin ser detectados.
De hecho, en tierra es la etapa más peligrosa. Todo debe estar marcado con cuatro horas de antelación. La operación comienza con incidentes para disimular; observadores distribuidos en el área: adolescentes que, con indiferencia, fuman un cigarrillo, una mujer que pasea a su perro … En total, 30 a 70 personas encargadas de indicar, por teléfono, la presencia de la policía. Luego vienen los recolectores de paquetes pesados, 20 personas que cobran 1.500 euros cada uno llenan el 4 x 4 estacionado cerca de una carretera de acceso rápido.
Siete minutos de adrenalina. El conductor y su compañero cobran al menos 15.000 euros para transportar la mercancía hasta España. Después, compradores holandeses, franceses, belgas, suecos u otros vienen a recoger sus pedidos. El “mercado” europeo está lleno de clientes.