Lo de Jerez y el mundo del motor es de libro. Quien alardea de tener la mejor afición del planeta y se vanagloria por ser “catedral” del motociclismo moderno ha hundido en la más triste miseria el ambiente y la pasión por las dos ruedas en la ciudad.
A la vista de las imágenes de un centro totalmente vacío que han ido circulando por redes sociales, la conexión entre Jerez y el mundo motero se ha perdido por completo. Y es que no se puede recibir a quienes visitan la ciudad a golpe de valla o de furgón policial, no se puede blindar el centro a visitantes, ya vengan en moto, en autobús o en cohete dejándose llevar por la mala prensa provocada por cuatro maleantes que consiguen tildar a la figura del motero de poco menos que de vándalo.
Si a la provincia de Cádiz (y lo expresamos así porque Jerez parece ser un cortijo ajeno al resto de la provincia) han llegado más de 10.000 motos no puede negarse el acceso al disfrute de las bondades que ofrece Jerez a tantas personas por culpa de cuatro maleantes (que para más inri suelen ser del mismo Jerez), y dejar al tejido empresarial en la estacada.
Como viene siendo tristemente habitual estos últimos años pre-pandemia, sólo el sector hotelero se salva de la criba. El resto, tanto comerciantes como especialmente hosteleros, han notado cómo el ambiente motero y el revulsivo que para la economía local suponía la llegada de tantos visitantes se han hundido por completo.
Igual ese slogan que últimamente abandera el ayuntamiento de Jerez, en vez de ser “celebra la vida en Jerez” debiera ser “celebra la vida en Jerez pero fuera de Jerez”
Pero eso sí, en la entrega de medallas este domingo lucimos camiseta del cartel de feria, que ahí no hay vandalismo ni problema alguno… aro aro…