Dos vueltas de tuerca a la libertad de expresión en una acción simbólica. La acción enmarcada en la movilización estatal convocada por diversas asociaciones ecologistas en la que se pedía justicia climática y social para poder salir de la actual crisis y concienciar a la ciudadanía de los efectos del cambio climático.
La primera vuelta ha estado a cargo del Ayuntamiento de Granada, como brazo ejecutor de una durísima interpretación de la ordenanza municipal de limpieza. El 21 de mayo de 2020 denunció a tres jóvenes pertenecientes a Fridays for Future Granada por pintar en el suelo frases reivindicativas contra el cambio climático. La cuantía para cada una de las multas sería de 900 euros, un montante de 2.700 euros.
En la segunda entra en juego la Subdelegación del Gobierno, casi al año. Iniciando un segundo expediente sancionador contra las tres jóvenes, imputándoles los mismos hechos sancionados. Además les reprocha un supuesto incumplimiento de las limitaciones del estado de alarma, proponiendo sancionar con 601 euros a cada una por hipotéticamente “desobedecer a la autoridad o a sus agentes en el ejercicio de sus funciones”. Se trata, según se señala en el expediente administrativo, de la sanción regulada en el artículo 36.6 de la Ley de Seguridad Ciudadana, también conocida como Ley Mordaza.
El apoyo de la sociedad fue crucial en la movilización juvenil por el clima, el de los medios de comunicación dentro de una sociedad de moda que cultiva lo efímero, esta sociedad que pone en el primer plano los beneficios económicos por encima del daño causado. Que se rige por las modas hasta el punto de que quedaron las multas, convirtiendo la tiza en arma de destrucción masiva. A lo que responden los colectivos ecologistas y sociales con la unión y a la que se suma el Área de Medio Ambiente de IU Andalucía.
Granada, de la derecha eterna. Un joven granadino comenta que “da igual a quién votemos, el poder lo marca el dinero”. Duele que a estas alturas el joven de Granada lleve toda la razón. Cuando hay en España un gobierno progresista de coalición, donde figura un Ministerio de Transición hacia una sociedad ecológicamente más justa.
Acuerdo de París sobre cambio climático del que se salió Estados Unidos con Trump y acaban de volver con el nuevo presidente. Acaban de acordar y comprometerse a una reducción de emisiones a la atmósfera. Todo lo que ocurre con este tema es vital para el futuro de las especies en el planeta, y la humana como una más, y figura en la agenda internacional y europea con gobiernos de distintos colores. La derecha que se toma más en serio los análisis científicos se incorpora a la reflexión climática. La derecha que representa a la España profunda, la que desprecia la opinión científica, la que niega el cambio climático, la que se bunkeriza en la administración pública y en sectores económicos ultraconservadores, la que asoma la porra cada vez que tiene oportunidad, utiliza la represión y el autoritarismo.
Movilización ecológica
La pintada de las jóvenes granadinas pidiendo justicia climática no ha hecho el mínimo daño en el mobiliario urbano. Además, la tiza en el pavimento se borra con el paso de los peatones o con la lluvia. Y su mensaje conecta con una de las misiones de los gobiernos, y por supuesto el nuestro, el de España, empeñados en la toma de conciencia de que no hay Planeta B. Nuestro gobierno está impulsando la lucha de la sociedad contra la contaminación, por lo que estos jóvenes lo que merecen es un aplauso y, sin embargo, han recibido unas durísimas sanciones por parte del ayuntamiento y se ha iniciado expediente por parte de la Subdelegación del Gobierno. Y todo ello en la ciudad más contaminada del Sur y medalla de bronce en España.
¡Qué informe no habrá hecho la policía local! Para presentar la tiza como arma de destrucción masiva. En las calles de una ciudad donde la inmensa mayoría de sus gentes están concienciadas sobre el aumento de las enfermedades por la contaminación ambiental.
Esta segunda sanción, totalmente contradictoria con las acciones emprendidas por el gobierno para desarrollar los objetivos de la Agenda 2030. No corresponde con un gobierno de coalición progresista del que nosotras/os formamos parte que impulsa la lucha climática, por lo que pedimos que se revise y retire. No se trata de un procedimiento gamberro, se trata de una represión por la Ley Mordaza a un comportamiento que representa a la mayoría de las sociedades con gobiernos de distinto signo. Pero por lo visto la ultraderecha negacionista opta por la represión, la que se esconde en los aparatos del Estado que fue utilizado como un cortijo desde la antigüedad.
Las multas no van a parar la acción juvenil por la justicia climática y social ni el apoyo del resto de la sociedad a la movilización ecológica.