Otro asesinato de un joven palestino a manos del ejército de Israel en la Palestina ocupada. Una nueva crónica de Caterina Albert, corresponsal de Esquerra Diari en Palestina, que muestra el apartheid detrás de los ataques en Gaza y como estos responden a una carrera electoral basada en la opresión, asedio y asesinatos en nombre de la lucha contra el terrorismo islámico.
Son altas horas de la tarde y hemos conseguido desplazarnos desde Al Jalil (la segunda ciudad más poblada del West Bank) hasta el hospital de Hebrón. Allí nos enteramos que durante las últimas horas no ha parado de llegar heridos, la mayoría jóvenes de entre 17 y 24 años, pero también una mujer apaleada por el simple hecho de grabar un video de torturas a otro joven por parte de seis soldados del ejército de Israel, entre otros heridos de diferente consideración.
En el hospital nos enteramos también que Mohamen Yassin Jaber ha sido derivado a otro centro médico por falta de atención médica y capacidad quirúrgica al nivel de las heridas que presentaba. Yassin Jaber moría horas después a causa de un disparo con munición real y con orificio de entrada y salida en ambos lados, tocando de pleno un órgano vital como es el corazón. Tenía solo 17 años.
La muerte de Yassin Jaber tiene que enmarcarse en la actual ofensiva sobre la Franja de Gaza por parte del Estado de Israel y el conflicto histórico internacional. No obstante, es importante poder explicar que en periodo electoral como es el actual, con los comicios en el parlamento de Israel en el horizonte, los ataques en Gaza son el detonante para justificar la violencia y el apartheid en Palestina y reprimir con dureza las protestas que surgen en todo el territorio del West Bank.
Yassin Jaber murió por que ejército y colonos israelíes sofocaron las protestas por la muerte de tres jóvenes en la ciudad de Nablus el día anterior mientras se manifestaban contra los ataques en Gaza, dejando también más de 45 heridos. También en Ramala y en Hebrón ha habido asesinatos en respectivas protestas de estos días.
En este sentido, esta cadena de represión tiene un objetivo electoral. La escalada de violencia genera un aumento de los votos por parte del partido que más y mejor facilite y legitime la opresión hacia el pueblo palestino.
Por otro lado, esta situación en Gaza, provocada por el mismo estado sionista de Israel, tiene entre sus pretensiones también el objetivo de presentar una imagen de un Estado de Israel combatiendo el mundo islámico terrorista del todo falsa.
Los medios de comunicación capitalistas, por su parte, contribuyen a esta visión en exclusiva, presentando internacionalmente la Franja de Gaza como un campo de refugiados donde hay terroristas que combaten Israel, elevando el conflicto político internacional.
Por otro lado, sin embargo, se esconde el conflicto de cariz local y permanente. Es decir, lo que se trata de ocultar es el apartheid constante que sufre el pueblo de Palestina sistemáticamente. Mientras los medios difunden las imágenes de los ataques en Gaza que dejan decenas de muertes, ignoran el goteo de asesinatos que se dan durante todo el año.
Hay que tener en cuenta que en el territorio de la Palestina ocupada en lo que va de año las cifras son de 84 muertos, más de 50 antes de los ataques actuales en Gaza. Esto es nada más y nada menos que un muerto cada 3 días y medio. Mientras tanto todos los asentamientos asedian el pueblo palestino diariamente.
Gaza no es la amenaza que pretende presentar Israel a ojos de la comunidad internacional. Gaza es mucho más que el Hamás dependiente de Irán. Son los estudiantes y jóvenes hartos de la opresión, es la población precaria que desconfía de ambos bandos y que sufre las demoliciones constantes o los cortes de suministros indispensables para vivir cómo es el agua. La amenaza real son las masacres y la escalada de violencia para legitimar el apartheid.
Esta situación es una constante que se ha convertido en la forma de vida para la población palestina en el West Bank. Es la convivencia con la muerte, con la conciencia de poder ser un target, de los disparos en el pecho, de saber que tu muerte será un mensaje para los demés. Es sobrevivir, la imposibilidad de vivir.
Mohamen Yassin Jaber es solo el penúltimo muerto de este apartheid, el penúltimo mensaje que Israel envía a la población palestina. Y lo peor de todo es que era solo un chico que en el momento del ataque iba a trabajar. Estudiaba por las mañanas y el año que viene tenía que ir a la universidad. Con todo su pesar, la familia nos explicaba que Yassin Jaber era muy risueño y alegre. A pesar de defender constantemente los derechos del pueblo palestino, no era nunca el primero en ir a las protestas.
Sabemos que esto que intentamos relatar no es una película de miedo, pese a los terribles gritos y llantos de la familia, a pesar de presenciar como en una ceremonia masiva se llevó el cuerpo de Yassin Jaber a un cementerio en el que todas las personas allí enterradas han sido asesinadas por el ejército de Israel y el apartheid. Pero nosotros creemos necesario explicar la situación cíclica que sufre la población palestina de riots-hospital-cementerio y volver a empezar.
Una opresión, la del día a día del apartheid, que es respetada por parte de los países capitalistas y ocultada por los medios de comunicación, teniendo en cuenta que el Estado de Israel actúa como gendarme de los intereses imperialistas en Oriente Medio.
De hecho, en el momento en el que relatamos esta nueva crónica del apartheid en Palestina y de los ataques en Gaza, emprendemos el viaje hacia nuevas protestas que se producirán en estos días sabiendo que poner el foco solo en los ataques en Gaza deja una Palestina desprotegida a nivel mediático para atacar a fondo e intentar ganar la carrera electoral a expensas de las constantes muertes. Nosotros sabemos que si la semana pasada había unas veinte press people en el West Bank, ahora solo seremos tres.