Decapitación directa al comercio de la ciudad. Así de claro lo tiene la cúpula directiva de Inditex tras la decisión de cerrar, como viene siendo tristemente habitual, de Stradivarius en Calle Lancería. Un cierre que se suma a otros 6 en la provincia y que hacen un total de 56 cierres programados en todo el territorio que se harán efectivos durante este verano.
En una clara apuesta por el mundo digital, parece que quienes visten con prendas que auto-fabrican, auto-distribuyen y auto-venden disfrazados bajo pieles de cordero, son auténticos lobos a quienes no les tiembla el pulso a la hora de mandar al paro a cientos de personas a lo largo y ancho de todo el país. Un país que bien podría darse cuenta de la importancia del comercio de toda la vida frente a estas macro empresas que rigen su política siguiendo un único objetivo: el beneficio económico.
Tras el cierre el pasado verano de Zara en Calle Larga, que ya dejó viudo al centro de la ciudad, la estocada la ha dado la noticia del cierre de Stradivarius en Lancería. Dos locales que daban cierta vida al comercio colindante que se marchan a locales más grandes, más aglomerados, más “cadena de venta” en los que el trato al cliente se reduce al paso por caja.
Según indican desde la empresa, la apuesta pasa por un fuerte avance tecnológico y tiendas más grandes, sacrificando por tanto a “unidades” más pequeñas o antiguas. Sin duda, la forma de pensar de un lobo a la hora de escoger a su presa.
Casualidades aparte, el edificio en el que se encontraba Stradivarius pasará a ser un edificio de apartamentos turísticos aunque el proyecto urbanístico muestra que el local comercial no se vería afectado.