Las movilizaciones exigiendo #XustizaParaSamuel #JusticiaParaSamuel se han extendido por ciudades de todo el estado, congregando miles de personas en Madrid, Barcelona o A Coruña y cientos de personas en decenas de ciudades en una convocatoria que se multiplicaba cada hora al conocerse el asesinato LGBTIfóbico de Samuel.
En Madrid la policía ha cargado contra la manifestación a la altura de las calles Princesa y Alberto Aguilera y han amagado con atropellar manifestantes en Argüelles, dejando personas heridas y detenidas. Los lavados de cara de las fuerzas represivas del estado una semana antes en el Orgullo LGBTI se han disipado a golpe de porrazo contra quienes protestaban por el asesinato homofóbico de Samuel. No hay campaña de pinkwashing que tape la labor de la policía que está golpeando brutalmente una manifestación que rechaza el asesinato de un joven al grito de maricón.
Un furgón de la policía nacional atropellando a las manifestantes que quedaban en Argüelles pic.twitter.com/455sjqOUHl
— full time himbo (@miguelenege) July 5, 2021
La difusión en redes del asesinato de Samuel sacó a la luz muchos más casos que se viralizaban, entre los que se encuentran una agresión homófoba de la policía municipal de Madrid esa misma noche o las múltiples ocasiones en las que las víctimas que acuden a denunciar una agresión LGBTIfóbica son despreciadas y ninguneadas por policías o jueces.
Además, estos crímenes están amparados en la impunidad de la que suelen gozar los ataques fascistas, racistas, machistas o LGBTIfóbicos, más aún cuando al estado capitalista le conviene alimentar a la extrema derecha y al mismo tiempo rasgarse las vestiduras delante de las cámaras cuando tienen lugar estos crímenes.
No vamos a escondernos. Vamos a movilizarnos, exigiendo #JusticiaParaSamuel y que se esclarezcan las circunstancias del asesinato. Pero no creemos que esta justicia vaya a llegar del aparato judicial patriarcal, reaccionario y heredero del franquismo del Estado español. Ya es conocida la consigna de los movimientos feministas que dice “si tocan a una, nos tocan a todas”. Queremos también decir “si tocan a una, nos organizamos miles”.
La indignación y la rabia no pueden transformarse en silencio y dolor, sino en una lucha y organización en homenaje de Samuel y de tantes otres. Es necesario organizar la autodefensa contra esta situación en las calles, pero también levantar un movimiento LGBTI combativo que revolucione apuntando contra el sistema patriarcal y capitalista que nos está matando y ataca cada día nuestras vidas.