Que estas Navidades van a ser extrañas es algo evidente a todas luces, pero que las luces navideñas que cada año alumbran y dan color a las calles del centro de Jerez estén toda la noche encendida cuando las tiendas cierran a las seis de la tarde y a las diez de la noche ya no hay un alma por la calle se escapa a cualquier posible evidencia lógica.
Ayer se inauguró el alumbrado navideño y ya circula por redes sociales fotos de una calle totalmente desierta a las 11 de la noche con el alumbrado navideño encendido.
Cabe esperar que a lo largo del día de hoy el consistorio salga al paso alegando un fallo técnico, un intento de boicot por parte de cualquier agrupación política o una alineación de los astros en contra del consistorio jerezano, pero lo que no tiene ninguna explicación medianamente aceptable es mantener encendidas todas estas bombillas generando gasto a las maltrechas arcas municipales y contaminación lumínica innecesaria en nuestra ciudad, a no ser que se trate de alumbrar a los gatos claro…
Bastante difícil se hace ya al ciudadano de a pie lidiar con la situación sanitaria en la que nos encontramos, con cientos de personas en ERTE o que han perdido sus puestos de trabajo como para despilfarrar de esta manera. Se podrá alegar que la contratación de la instalación de las luces estaba hecha desde antes incluso del inicio de la pandemia pero lo que queda fuera de toda duda es aquello de “el último que salga que apague las luces”. Y si a las seis de la tarde ha salido ya la mitad de quienes andaban por allí, a las diez de la noche no queda ni el sereno…