En unas fechas en las que el comercio y el centro de la ciudad suelen salir más o menos airosos tras meses de sequía en ventas, las zambombas, el alumbrado o las actividades lúdicas son un bastón en el que apoyar gran parte de la facturación tanto en hostelería como en el comercio en general.
El ayuntamiento de Jerez, en su afán de protagonizar lo protagonizable, abandera una programación navideña pensada, según dice, para potenciar el centro y sus bondades, la hostelería y su gastronomía, el comercio y su valor añadido… un sinfín de buenos propósitos que, para desgracia de quienes vienen al centro, se ven empañadas con otras acciones llevadas a cabo por el consistorio que ponen en tela de juicio la veracidad de esas “buenas intenciones”.
Y es que si por un lado anima a la ciudadanía a que acuda a las zambombas que se celebran estos días en Jerez, por otro levanta actas a diestro y siniestro por poner una mesa de más en la terraza de un bar o “sacar” un mostrador a la calle; si por un lado anima a la ciudadanía a que acuda al centro a degustar la cocina jerezana, por otro pone un control de la policía local en plena calle Arcos multando a quien haya osado a tomarse dos copas de vino durante el almuerzo…
¿En qué quedamos?, ¿dinamizamos o dinamitamos?. Porque si es lo primero no estaría de más dar un poco de cancha a quienes serán, con sus compras y/o sus consumiciones, quienes aliviarán al tejido comercial y hostelero de la ciudad. Si es lo segundo desde luego lo están bordando: ponemos el cebo en forma de zambomba o de campaña en pro de la hostelería para luego ir al cuello en forma de multa por montar una zambomba o por pasarse un poco en un control de alcoholemia.
Y si a alguna cabeza pensante del consistorio se le ocurre defender estas más que cuestionables acciones llevadas a cabo argumentando que hay que velar por la seguridad ciudadana, lo tienen fácil cuando pongan un control de la policía a la salida de la feria de Jerez, cuando multen por estacionar en aceras durante Semana Santa o tantas y tantas otras cosas que nuestro consistorio “pasa por alto” en ciertas fechas.
Desde diferentes asociaciones claman al cielo por la actitud del Ayuntamiento estos días: levantar acta por organizar una zambomba, poner una mesa de más en la terraza o montar una “barra” en la calle; poner un control policial de alcoholemia en calle Arcos un domingo a las cinco de la tarde, etc, etc. Al poco acertado delegado de seguridad ciudadana se le debe haber caído todo de las manos estos días, más de uno y más de una lo habrá nombrado y no para bien precisamente….
En definitiva, que no es lo mismo una Z que una T.