Se cumplen apenas dos semanas desde el inicio del curso escolar y ya ha confinados alrededor de 350 alumos y sus respectivos familiares en Jerez.
Durante dos semanas los alumnos y alumnas deben estar confinados y aislados en sus casas, con un contacto mínimo con el resto de la familia y extremando precauciones para evitar posibles nuevos contagios. Dos semanas durante las cuales deben pasar por el desagradable momento de realizarse una PCR y, en el caso de dar positivo, hacer que el resto de la familia tambien tenga que hacérsela. Dos semanas sin salir a la calle, sin poder salir de la habitación o del espacio que se haya habilitado en la vivienda y casi sin poder besar, abrazar ni tan siquiera tocar al resto de la familia.
Y la pregunta que surge llegados a este punto es: ¿merece la pena?, ¿cómo llevo a mi hijo/a a clase cuando pase la cuarentena si puede volver a pasar lo mismo?…
Y es que, según informan los pediatras, los alumnos y alumnas que hayan dado positivo tendrán algunos meses de inmunidad ya que el virus muta pero, pasado ese tiempo, existe la posibilidad de nuevo positivo. Y no solo eso, sino que el alumnado que haya dado negativo en esta “primera tanda”, puede contraerlo y hacer que toda la clase, de nuevo, se vaya dos semanas a casa.
Sin duda, una situación complicada para quienes se han visto en la obligación de dejar trabajos y quehaceres diarios por una cuarentena provocada por decisiones ajenas a su voluntad. Tras varios meses de estado de alarma, volver a pasar por esa situación no es nada agradable.
Hay quien dice y defiende a ultranza que las clases deben realizarse de forma presencial ya que el virus “se puede coger en la plaza jugando con otros niños”. Razón no le falta, el contagio puede producirse en cualquier lugar pero, de momento, no ha saltado la noticia de seis positivos en un grupo de niños jugando en la calle y sí en una clase del Antonio de Nebrija.
Por otro lado, es bien sabido que, por cuestiones meramente espaciales, existen muchos centros en la ciudad en los que no es posible que el alumnado guarde distancia de seguridad y se lleven a cabo las medidas preventivas establecidas por las autoridades sanitarias ante lo cual cabe preguntarse si nos estamos metiendo a nuestros hijos e hijas en la boca del lobo a sabiendas de que estamos en plena segnda ola de esta pandemia. Es quizás momento de replantearse seriamente la validez de las medidas establecidas y tomar decisiones al respecto.