El Estado español se posiciona junto a la Unión Europea y los EEUU con las multinacionales farmacéuticas para defender las patentes de la vacuna del COVID-19.
Se posiciona frente a países como la India o otros del tercer mundo que piden poder producir las vacunas sin patentes para poder llegar a todo el mundo y erradicar el COVID-19.
Una vez más el capitalismo prefiere economía a vida.
Los Estados han invertido grandes cantidades de dinero público para conseguir una vacuna en tiempo récord, pero serán una vez más las grandes multinacionales, un puñado de personas las que consigan beneficios aprobechando el esfuerzo de los pueblos del mundo.
Las patentes siguen siendo una lacra para la humanidad, hacer de la salud un negocio nos pone a todos en peligro.
Durante esta pandemia hemos visto como lo público a vuelto a tener que rescatar a lo privado en lo económico. Y también como són los Estados quienes deben regular la salida de la crisis a todos los niveles.
También en la elección de que vacuna van a utilizar los distintos países parecen haber primado los intereses de unos pocos.
Los medios de comunicación no solo han apostado por las vacunas apadrinadas por EEUU (Moderna, Pfizer y BioNtech, Johnson & Johnson y Novavax), Inglaterra y Alemania (AstraZeneca, que trabaja junto a la Universidad de Oxford.
Además han trabajado para poner en duda la seguridad de la vacuna rusa SPUTNIK V, las vacunas chinas, o silenciar a la vacuna SOBERANA cubana.
Es necesario trabajar para arrebatar a las multinacionales el negocio de la salud y construir una verdadera sanidad pública, universal y gratuita a todos los niveles por el bien de toda la humanidad.
André Abeledo Fernández