La Consejería de Empleo, Formación y Trabajo Autónomo ha presentado el estudio ‘Emprende postCovid-19’, elaborado para testear las necesidades y objetivos del tejido empresarial andaluz tras la crisis sanitaria, que refleja que tres de cada cuatro autónomos considera la transformación digital de sus negocios como uno de sus principales retos a afrontar.
A través de un seminario ‘online’, el documento ha servido para poner en común propuestas, servicios e instrumentos de apoyo que ayuden a las empresas a abordar el futuro. Uno de los principales resultados que arroja el informe es que un 75% de los encuestados piensan que tendrán que implantar diferentes medidas de gestión y de innovación empresarial que están vinculadas a la digitalización, el marketing, la logística o la comunicación.
La investigación ha contado con la participación de más de 1.500 personas, que han respondido a una encuesta realizada durante el mes de mayo, y con 22 expertos de reconocido prestigio, que han aportado sus opiniones en una serie de entrevistas personales. Este tipo de estudios de investigación sociológica y prospección abren una importante línea de trabajo para conocer las necesidades reales de los emprendedores, autónomos y empresarios andaluces, al tiempo que se ponen a disposición de toda la comunidad emprendedora para ayudarles en sus acciones estratégicas, con conocimiento y con datos de gran valor.
La presentación del estudio ha contado con la participación de Pilar Roch, CEO de ideas4all Innovation, que ha mostrado su visión prospectiva sobre el nuevo escenario; Susana Romero, directora general de Trabajo Autónomo y Economía Social, que ha dado las claves para afrontar la reactivación; José Agustín González, secretario general de Empleo y Trabajo Autónomo, que ha trazado los retos de futuro; y Rosa Siles, directora gerente de Andalucía Emprende, que ha explicado el alcance y los objetivos del informe.
Retos de futuro
El informe arroja datos interesantes sobre la visión de los autónomos en Andalucía, que plantean que el futuro pasa por hacer un esfuerzo cultural y formativo en emprendimiento y en orientar a las empresas hacia el valor del talento y la constancia en sus inversiones estratégicas. Entre los cambios que habrá que afrontar, el estudio recoge, en primer lugar, que el 60% considera que los cambios se tendrán que hacer principalmente por las formas, usos y prácticas que se deriven de las nuevas normativas de obligado cumplimiento. El 49% atisba que el nuevo escenario socioeconómico les obligará a realizar cambios en procedimientos y formas de trabajar.
Con esta situación también han salido a la luz las carencias y las deficiencias que tiene el tejido empresarial andaluz. Así, el 27% de las empresas reconoce que la vinculación directa con el cliente ha supuesto uno de los escollos más importantes en la situación provocada por el estado de alarma; el 31% ha reconocido carecer de formación en tecnología y de un adecuado nivel en digitalización para adaptarse a la nueva situación; el 14,34% piensa que dispone de equipos, programas y aplicaciones desactualizados; y el 20% es consciente de sus carencias en la planificación de la gestión empresarial y logística.
El dcomento también revela que el perfil medio y las actividades más castigadas por la crisis es el de una persona que trabaja como autónoma, con un pequeño negocio, sin empleados a cargo, con poca antigüedad, y del sector servicios.
Concretamente, más del 56% de las empresas ha paralizado su actividad durante el periodo del estado de alarma y, en el ámbito del trabajo autónomo y los negocios unipersonales, el cese de la actividad roza el 70% de los casos. Solo un 7% ha seguido funcionando igual que antes de que comenzara el confinamiento. Por sectores, el que se ha visto más afectado es el de los servicios, en el que un 62% de los negocios ya pasa por dificultades.
La preocupación más inmediata es la supervivencia de la cuenta de explotación y la liquidez, ya que ésta puede ser una de las mayores causas que lleven a empresas y autónomos al cierre de sus negocios o al cese de su actividad profesional. Hay gran inquietud por poder hacer frente a pagos corrientes como alquileres, seguridad social, etc., y por acometer aquellas inversiones necesarias para adaptarse a las nuevas exigencias. Entre las necesidades más inmediatas, las empresas también contemplan la optimización tecnológica, a través de la digitalización y de la implantación de procesos más ágiles y flexibles.
Futuro incierto
Por otra parte, este estudio ha servido para detectar que un 85% de los empresarios piensa que su futuro, a corto y medio plazo, es incierto y estará plagado de cambios. Un 11% cree que tendrá que cerrar y abandonar su actividad empresarial y un 5% piensa que tendrá que reducir su plantilla para la supervivencia del negocio. De forma generalizada, los emprendedores, autónomos y empresarios piensan que el 2020 se da por un año de transición, en el mejor de los casos.
Entre las principales necesidades que los negocios tendrán de forma más inmediata o a corto plazo, el 70% de los empresarios tiene claro que la reanudación de su actividad empresarial va a exigir reformas y adaptaciones en sus negocios y, aunque con poca diferencia, la mayoría considera que no supondrá un coste importante para ellos. En este sentido, se espera que el tipo de reformas se centre, en un 49% de los casos, en espacios y adaptaciones para cumplir con los requisitos de protección sanitaria; un 29% en la digitalización del negocio; y un 10% en cambios sustanciales del modelo de actividad. Los empresarios y autónomos creen que el coste previsto para estas reformas estará en una media de 18.000 euros por empresa, si bien dependerá de su tamaño.
La investigación ha permitido generar una pirámide con las 20 necesidades más relevantes que van a tener empresas y autónomos, desde las más básicas e inmediatas, hasta las que tienen que ver con cambios estructurales para abordar el futuro con éxito.
Medidas de apoyo
Con relación a las medidas de apoyo y ayudas públicas más demandadas por los empresarios y trabajadores autónomos, el estudio ha reflejado que un 57% se ha acogido al cese de actividad; un 14% ha tramitado un ERTE; un 13% ha solicitado la ayuda de 300 euros de la Junta de Andalucía; un 9% ha adoptado permisos retribuidos recuperables entre los empleados; y sólo un 10% continua su actividad mediante teletrabajo.
Respecto al tipo de ayudas que más necesitan, esta investigación ha puesto de manifiesto que el 64% de las empresas considera las bonificaciones de las cuotas a la Seguridad Social como las ayudas más trascendentales. El 50,3% valora las ayudas para el sostenimiento de las rentas como muy importantes. Un 44,68% estima necesarias las ayudas financieras para inversiones. Y el 39,1% necesita apoyo para afrontar la falta de liquidez.
El estudio también refleja que la necesidad de liquidez requiere que se multipliquen esfuerzos por reactivar el tejido productivo, con medidas eficaces y rápidas en materia de financiación, ayudas y bonificaciones, sin olvidar el papel que han de jugar las entidades financieras en este reto común.
Además, se necesitará apoyo específico destinado a los ecosistemas emprendedores, al objeto de facilitar la generación de startups con capacidad de crecimiento, innovación y expansión internacional. Las pymes y autónomos van a necesitar un buen servicio de apoyo técnico y asesoramiento para gestionar trámites y normativa, revisar sus proyectos de negocio para mejorar eficiencias y, en muchos casos, reorientar de forma temporal o definitiva sus actividades hacia nuevos nichos de negocio.