Shawn Colvin nos recuerda que hace ya 25 años que grabó el álbum ‘A Few Small Repairs’, que incluye el que puede considerarse el único ‘hit’ de su carrera, ‘Sunny Came Home’. Y volver a escuchar esta canción fascinante es sentir de nuevo una magia que permanece intacta.
El tema cuenta de forma velada, con alusiones más que con hechos, una historia brutal: la de una mujer dispuesta a quemar la casa de sus vecinos. Pero la melodía es tan delicada, la voz de Colvin tan transparente, que el contraste es tremendamente atractivo.
“Sunny llegó a casa con una lista de nombres.
Ella no creía en la trascendencia.
Ya es hora de hacer unas pequeñas reformas, se dijo.
Sunny llegó a casa con una venganza.
Dice: ‘Los días pasan, no sé por qué
voy andando sobre un cable.
Cierro los ojos y vuelo fuera de mi mente
hacia el fuego'”
Colvin escribió ‘A Few Small Repairs’ (1996), su cuarto disco, en medio del dolor de un divorcio reciente. Contó con Lyle Lovett entre los guitarristas invitados y el trabajo logró tal popularidad que sorprendió a la propia compositora. Los Grammys al mejor disco y a la mejor canción del año pusieron la guinda al pastel.
“Nunca me había considerado una artista de ‘hits’. Hicimos el disco que nos apetecía y nos lo pasamos bien. La ironía es que del álbum salió un ‘hit’ llamado ‘Sunny Came Home’. Y os voy a decir una cosa sobre lo de tener un ‘hit’: es divertido. Y aún me encanta tocarlo”, ha dicho Colvin estos días al recordar el 25 aniversario de aquel hito en su carrera.
También ha desvelado algunas curiosidades sobre la célebre portada del disco: un cuadro de la artista Julie Speed llamado ‘Incendiar el mundo’, en el que una mujer con tres ojos sujeta una cerilla mientras al fondo arde el paisaje, fue su inspiración para escribir la letra de ‘Sunny Came Home’. Speed le cedió entonces el derecho de utilizar ese cuadro como portada y también el título de otra de sus obras para bautizar el álbum.
Llegaron luego otros cinco discos, pero Colvin no volvió a lograr otro éxito tan comercial como el de ‘Sunny…’. Tampoco lo buscó. Sus cuidadas grabaciones y sus escogidas colaboraciones colmaban sus expectativas y las de sus fieles seguidores.
La discografía de Colvin incluye dos álbumes de versiones, un apartado en el que es particularmente brillante. En 1994 grabó ‘Cover Girl’ y en 2015 ‘Uncovered’, en los que pone su sensibilidad al servicio de temas de Warren Zevon, Bruce Springsteen, Paul Simon, Tom Waits, Bob Dylan o Sting.
Tras colaborar durante toda su carrera con grandes estrellas como Suzanne Vega (hizo los coros en ‘Luka’), Béla Fleck, Mary-Chapin Carpenter o James Taylor, de rehabilitarse del alcoholismo, de poner su voz en algún episodio de Los Simpson y de aparecer en un capítulo de Treme, en 2016 dio una brillante vuelta de tuerca a su trayectoria al unir fuerzas con Steve Earle y grabar el fantástico ‘Colvin & Earle’. Los dos amigos, que se admiraban mutuamente desde hacía años, alternan las composiciones propias con, de nuevo, las versiones de algunos de sus ídolos. Buddy Miller se dio el gusto de producir ese encuentro feliz, sobre el que un diario británico tituló: “Nueve divorcios, dos adicciones y una mezcla perfecta”.
La última vez que Colvin se metió en el estudio de grabación fue en 2018 para dar forma a ‘The Starlighter’, un disco inspirado en un libro de cuentos infantiles.
Pero en directo no para y a sus 65 años sigue adorando la carretera. Con la vuelta de la actividad a los escenarios estadounidenses, la cantante de Dakota ya tiene programados más de treinta conciertos de aquí al próximo mes de mayo a lo largo y ancho de la geografía de su país.
Quién pudiera.