Tras dos décadas de denuncias y advertencias sobre las nefastas consecuencias que puede tener para el medio ambiente y salud de las personas el uso del glifosato, por fin, la Junta de Andalucía ha prohibido su uso en los parques naturales y demás espacios naturales protegidos de la provincia de Cádiz.
El glifosato es un producto altamente tóxico que la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha clasificado como potencialmente cancerígeno, pudiendo también provocar alteraciones endocrinas. En base al principio de precaución, debería haberse prohibido hace años. Habría que recordar lo que sucedió con el DDT o la uralita; cuando se prohibieron, sus efectos deletéreos ya eran irreversibles.
Recientemente, Ecologistas en Acción ha realizado un estudio sobre la presencia de glifosato en las aguas de ríos y embalses de todo el país, en base a las analíticas facilitadas por el Ministerio para la Transición Ecológica, y que, en el caso de Andalucía, han sido realizadas por la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible (CAGPyDS).
Estos análisis muestran la presencia de glifosato en todas las cuencas de nuestra provincia. En el 34 % de las muestras se ha detectado la presencia de glifosato por encima del límite de detección. Este tanto por ciento se aproxima a la mitad de las mediciones (41 %) en la Demarcación Hidrográfica del Guadalete-Barbate, que abarca la mayor parte de la provincia. El 23 % de las muestras analizadas han superado el valor límite de 0,1 microgramos por litro (μg/l) que las Directivas europeas consideran como el máximo permisible para este herbicida. Y muy preocupante es la presencia de glifosato en los acuíferos del Parque Natural Sierra de Grazalema, la principal fuente de agua potable de la provincia.
La generalizada presencia de glifosato en nuestros ríos, embalses y acuíferos desmiente la justificación aportada por las administraciones públicas que lo han venido utilizando o autorizando, y es que se degrada con rapidez. Muy al contrario, queda demostrada su persistencia, sobre todo en ecosistemas acuáticos, los más vulnerables a este herbicida.
Ante esta amenaza a la salud de la población, Ecologistas en Acción mantuvo recientemente una reunión con el delegado territorial de Cádiz de la CAGPyDS para exponerle la necesidad de prohibir el uso de glifosato en el marco de sus competencias, esto es, en la Red de Espacios Naturales Protegidos, y, especialmente, en los parques naturales. Hay que destacar que Cádiz tiene un total de 277.079 has. de espacios naturales, lo que supone el 37 % de la superficie provincial. Y que la práctica totalidad del agua potable proviene de los parques naturales, por medio de los embalses (Hurones, Guadalcacín, Charco Redondo, Guadarranque…) y acuíferos. El delegado, Daniel Sánchez, se mostró sensible a esta situación y nos comunicó que estudiarían la prohibición en los parques naturales, lo que, por fin, se ha anunciado en el día de ayer.
Esta medida va a suponer, sin duda, una mejora de la calidad de las aguas de la provincia, y es un adelanto –el glifosato ya está prohibido en numerosos países de la UE y en múltiples municipios de nuestro país- para que la UE no prolongue más allá de 2022 la autorización para su uso agrario, y se prohíba de forma definitiva. De esta forma, evitaremos otra amenaza sobre la salud y sobre los ecosistemas.