Los pies en el salpicadero: una práctica muy peligrosa.
Por 2 motivos principalmente:
La primera, porque el asiento de un automóvil y los sistemas de retención están pensados para un adulto sentado en una posición correcta, y viajando con los pies en el salpicadero los sistemas de retención podrían no funcionar adecuadamente y hacer que nuestro cuerpo se desplace por debajo de los cinturones de seguridad.
La segunda, porque los airbags de pasajero suelen estar colocados en el salpicadero. De esta forma, la violencia del impacto que suframos, junto con el estallido del airbag, pueden ser más que suficientes para desplazar, y quebrar, los huesos de los pies y las piernas, causar lesiones medulares, y paraplejias, e incluso la muerte (sentimos el mal cuerpo cteado ahora, pero a veces es necesario ser explícito).
¿Cabría multa?
Efectivamente, pero lo de menos es la sanción que nos puedan poner, una vez detallados los riesgos que puede suponer ese gesto.
Recordamos lo dicho en el art. 11.2 del Reglamento General de Circulación:
“El CONDUCTOR de un vehículo está obligado a mantener su propia libertad de movimientos, el campo necesario de visión y la atención permanente a la conducción, que garanticen su propia seguridad, la del resto de ocupantes del vehículo y la de los demás usuarios de la vía.
A estos efectos, deberá cuidar especialmente de mantener la posición adecuada y que la mantengan el resto de los pasajeros, y la adecuada colocación de los objetos o animales transportados para que no haya interferencias entre el conductor y cualquiera de ellos”.