La guerra en Ucrania ya empieza a ser un negocio para las grandes empresas de armas. La creciente militarización de las potencias occidentales como respuesta a la brutal agresión rusa empuja la promesa de ganancias para el capital dedicado a la fabricación de medios de destrucción.
Este domingo el Gobierno alemán anunció la creación de un fondo destinado a aumentar en 100 mil millones de euros el presupuesto militar de ese país. El fondo estará destinado a fortalecer la Bundeswehr (Fuerzas Armadas) de esa potencia imperialismo, una de las más importante de Europa y del mundo.
La decisión implica fortalecer tendencias a la militarización. Esas tendencias son propias de una época de decadencia capitalista y han sido el medio con el que las grandes potencias imperialistas han resuelto sus tensiones a lo largo del siglo XX.
Pero, también, son parte de un enorme negociado para el gran capital que se dedica a la fabricación de armas. Así se confirma luego del anuncio del Gobierno alemán.
Según reporta el Berliner Zeitung de Berlín, este lunes las acciones de las empresas alemanas dedicadas a la fabricación de armamento subían hasta un 85 %. El medio indica puntualmente que “el valor de las acciones de Rheinmetall aumentó alrededor del 40 por ciento”. El mismo medio indica, además, que el acuerdo podría beneficiar a otras empresas como Heckler & Koch, Krauss-Maffei Wegmann y Diehl.
Alemania, EE.UU. y el resto de las potencias imperialistas agrupadas en la OTAN usan la invasión rusa de manera completamente demagógica. Son las mismas potencias que, a lo largo de las últimas décadas, intervinieron e invadieron múltiples países de la periferia capitalista para imponer un “orden” en función de sus intereses. Los casos de lo ocurrido en Libia y en Afganistán sirven de ejemplo de ese accionar.