En una jornada histórica en el Mundial de Atletismo de Budapest, los atletas españoles María Pérez y Álvaro Martín han marcado un hito al asegurar un doblete de oro en la prestigiosa prueba de los 35 kilómetros marcha. Este triunfo histórico sigue al ya impresionante logro de ambos deportistas en los 20 kilómetros, consolidando su estatus como indiscutibles campeones de la marcha atlética.
Después de afirmar sus títulos como Campeones del Mundo en la categoría de 20 kilómetros marcha a lo largo de la semana, tanto Martín como Pérez entraron en la competición de 35 kilómetros con un aura de favoritismo. Las incógnitas sobre su capacidad para mantener el ritmo durante una distancia mayor quedaron despejadas con un desempeño impecable por parte de ambos atletas españoles.
La prueba masculina se desarrolló con intensidad desde el principio, con un grupo líder de 15 marchadores, entre ellos los destacados favoritos y dos españoles: Álvaro Martín y el campeón europeo Miguel Ángel López. Este grupo mantuvo un ritmo constante pero controlado, ampliando gradualmente su ventaja sobre los demás competidores.
Hacia el kilómetro 15, el francés Aurélien Quinion lanzó un audaz ataque en solitario, logrando una ventaja de más de medio minuto. Mientras tanto, en el grupo perseguidor de siete marchadores, Álvaro Martín y el campeón mundial italiano Massimo Stano emergieron como figuras sobresalientes.
Aunque Quinion ampliaba su ventaja, su técnica le valió tres amonestaciones y la consecuente penalización, lo que brindó a Martín la oportunidad de acelerar. El atleta español se despegó del grupo a 2 kilómetros de la meta, forjando una ventaja con el japonés Masatora Kawano y el ecuatoriano Brian Daniel Pintado. Martín atacó con determinación y cruzó la línea con cuatro segundos de ventaja sobre Pintado, asegurando su segundo oro en Budapest con un tiempo de 2 horas, 24 minutos y 30 segundos, además de establecer un nuevo récord de España en la distancia. Mientras tanto, Miguel Ángel López obtuvo el puesto 13 y Marc Tur el 22.
En la competición femenina, la carrera se desarrolló con un grupo más compacto. María Pérez lideró un grupo de cinco marchadoras desde el inicio, imponiendo un ritmo exigente que marcó el tono de la competición. Aunque la peruana Kimberly García, su principal rival, logró mantenerse cerca junto con otras tres competidoras, fue el empuje gradual de Pérez lo que la llevó hacia el éxito.
El ritmo de la marchadora española fue progresivo y constante, incluso a pesar de las molestias en el pie que padecía. Hacia el kilómetro 20, Pérez aceleró aún más, alejándose en solitario y dejando a García a más de medio minuto de distancia en poco más de 3 kilómetros.
La determinación de Pérez se mantuvo firme, permitiéndole cruzar la línea de meta con una ventaja de dos minutos, a pesar de haberse confundido en la penúltima vuelta y comenzar a celebrar su victoria cuando aún le quedaban 2 kilómetros. Su tiempo fue de 2 horas, 38 minutos y 40 segundos, un rendimiento impresionante. García se llevó la medalla de plata, mientras que el bronce fue para la griega Antigoni Ntrismpioti. La joven española Cristina Montesinos obtuvo el quinto puesto y Raquel González el décimo tercero.
Con este logro sobresaliente, España se eleva al segundo puesto en el medallero, con un total de cuatro preseas, todas ellas de oro. Este hito marca la primera vez que la delegación española consigue cuatro medallas de oro en un Campeonato del Mundo de Atletismo, consolidando el legado de María Pérez y Álvaro Martín como verdaderos titanes de la marcha atlética y héroes en el panorama deportivo español.