La bailaora y coreógrafa María Pagés indaga sobre la búsqueda de la felicidad en ‘Paraíso de los negros’, un espectáculo cargado de simbolismo que podrá verse este jueves día 20 en el Teatro Villamarta y donde explora sobre los límites de las relaciones humanas y como éstas obstruyen el camino del deseo. Otro propósito bien distinto es el que anida en la propuesta de Jesús Carmona, último Premio Nacional de Danza, que aborda en ‘El salto’ (viernes 21, también en el coliseo jerezano) un nuevo concepto de masculinidad en el siglo XXI.
De otro lado, también el viernes día 21, el cante poderoso de Jesús Méndez sonará en los Museos de la Atalaya, dentro del ciclo ‘Voces’ del certamen. En ‘Los pasitos que yo doy…’ el cantaor jerezano deja patente su aportación personal a este arte singular sin olvidar sus referentes.
María Pagés refleja en este ‘Paraíso de los negros’ los eternos conflictos inherentes al ser humano y, para ello, recurre a algunos referentes de sobra conocidos: los principios de libertad y autoridad que atraviesan ‘Poeta en Nueva York’ de Federico García Lorca, la esencia de los opuestos que destila la obra homónima de Carl Van Vechten, la filosofía sobre la negritud del intelectual africano Leopold Sedar Senghor y la reivindicación del deseo de la cantante Nina Simone.
Los límites de las relaciones humanas las sitúa Pagés en el ámbito de la comunicación con el que es diferente “El que es diferente no es nuestro enemigo. Si lo entendemos así, el mundo se nos va al garete”, añadió.
Al margen de las referencias artísticas antes mencionadas, el montaje se ve reforzado con la elección de letras tomadas de autores como César Vallejo, Charles Baudelaire, Alan Parker o Gustave Flaubert, dando forma a un relato compuesto de diferentes caras pero con una idea común: reivindicar la vida y la convivencia como derechos fundamentales inviolables. “La poesía es algo que está muy enraizado con el flamenco. Es una parte fundamental de su evolución, de su propia trayectoria vital”, indicó.
‘Paraíso de los negros’ aparece dividido en diez escenas. Arranca con ‘Las tribulaciones de María’ de Charles de Foucauld y finaliza con ‘El muro’, célebre obra del grupo de rock sinfónico Pink Floyd. Una prueba más de la multitud de fuentes culturales y musicales que inspiran los espectáculos de la coreógrafa sevillana.
Sentido ético de la cultura
Si hay algo que pueda definir la singularidad creativa de María Pagés es su arraigado sentido ético de la cultura, un compromiso con la vida y la memoria, convencida de que el diálogo y el intercambio enriquecen el arte y favorecen una mayor comprensión entre los seres humanos. Y esa tendencia, demostrada a lo largo de su trayectoria artística, continúa en ‘Paraíso de los negros’, un título que hace mención a esa parte más alta de los teatros estadounidenses que se les asignaba a los ciudadanos de color y a los marginados.
El espectáculo de María Pagés que podrá verse en el Festival de Jerez fue un encargo del Festival Cervantino de México que ha ido desarrollándose y madurando hasta que “la pandemia ha servido como de escenario e incluso de escenografía y apoyo dramatúrgico”, indicó la bailaora.
Pagés, que desde 1990 cuenta con su propia compañía y en noviembre de 2018 fundó en Fuenlabrada su Centro Coreográfico, dirige este espectáculo junto con el escritor marroquí El Arbi El Harti. En el escenario estará acompañada por Ana Ramón y Sara Corea, quienes redundan con sus voces las letras de los cantes, y una banda sonora que forma parte de su equipo habitual: Rubén Levaniegos (guitarra), Sergio Menen (chelo), David Moñiz (violín) y Chema Uriarte (percusión).
“Si algo he aprendido es que las obras no son nuevas. Se van hilando una tras otra hasta formar un todo”, explicó la bailaora. En ese todo que es la trayectoria artística es “bonito ver una coherencia, una unidad y cómo todas tus creaciones reflejan tus propias transformaciones a lo largo de la vida”. Y es que este ‘Paraíso de los negros’ está conectado a su trabajo anterior –‘Oda al tiempo’- donde “veíamos que no estábamos viviendo los mejores momentos como sociedad”.
La preocupación vital que Jesús Carmona quiere traslada a su baile se centra, en cambio, en los estereotipos masculinos que la sociedad maneja hoy día y que, en su opinión, no se corresponden con el pálpito real del hombre del siglo XXI. Así aparecerá en ‘El salto’, el espectáculo que el último Premio Nacional de Danza, pondrá en escena el viernes día 21 en el Teatro Villamarta.
Libertad para elegir
Ese hombre de nuestro tiempo que quiere mostrar Jesús Carmona “es libre para elegir como quiere ser”, pues lo importante “no es etiquetar”. Y es que el bailaor barcelonés parte del firme convencimiento de que “los géneros están abocados a desaparecer porque son términos que nos encorsetan” y cada uno de nosotros debe crear su propia masculinidad, ésa con la que nos sentimos más cómodos. Esas ideas se trasladarán al escenario, donde podrá apreciarse la robotización de algunas gesticulaciones masculinas instauradas en nuestra sociedad y que se realizan inconscientemente.
‘El salto’ de Jesús Carmona también es fruto de su evolución, un proceso constante desde que en 2012 obtuviera el Premio Desplante del Festival del Cante de las Minas de La Unión. “He encontrado nuevos movimientos y nuevas formas de entender el flamenco y la danza”, explicó el que fuera bailarín principal del Ballet Nacional de España sobre su deseo de “hacer un poco más grande nuestro arte y llevarlo a otros terrenos”. “Todas las danzas conviven en mí”, dijo el bailaor.
Definió su propuesta como “un ejercicio de libertad y liberación” y que parte del intento de responder a algunos interrogantes en torno al estereotipo masculino. Entre ellos, el de saber “qué referente puedo ser yo como artista” a la hora de lanzar un mensaje a la sociedad.
Así las cosas, ‘El salto’ se desarrolla en 15 escenas y en ellas aparece retratada la masculinidad en diferentes situaciones para provocar sensaciones contrapuestas: desde el orgullo al rechazo. “Es un
espectáculo social, una ventana abierta a la duda”, agregó. Sobre el escenario del Teatro Villamarta Jesús Carmona liderará una compañía formada por siete bailarines, el cante de José Valencia, la guitarra de Juan Requena y la percusión de Manu Masaedo.
Un guiño a los grandes
De otro lado, el cantaor Jesús Méndez ofrecerá en los Museos de la Atalaya, dentro del ciclo ‘Voces’, un recital que lleva por título ‘Los pasitos que yo doy…’ En este recorrido por su propia historia a partir de los perfiles artísticos más influyentes, Méndez asume la responsabilidad de ir a más, paso a paso, volcando su creatividad en lo escuchado y vivido a lo largo de estas casi dos décadas en los escenarios. “Es mirar un poco atrás, hacer un guiño” a esos grandes cantaores a los que admira.
En ‘Los pasitos que yo doy…’ -letra por soleá que ya interpretaron algunos ilustres artistas de la historia del flamenco como Tomás Pavón, Manolo Caracol o Juan Talega, Jesús Méndez cuenta con el acompañamiento musical de Diego del Morao a la guitarra, Ané Carrasco a la percusión y las palmas de Manuel Cantarote, Diego Montoya y Carlos Grilo. “Vengo al Festival con muchas ganas”, aseguró.