Los Planetas estrenan 2022 con disco nuevo, “Las canciones del agua”. Más de la mitad de los temas los conocimos en dosis que se fueron sucediendo puntualmente a lo largo del año pasado, e incluso una, “La nueva normalidad”, data de 2020.
El décimo disco de los granadinos es un paso más en su exploración de los terrenos de contacto entre el rock y los sonidos enraizados en su tierra. También un paso más en su implicación social y política, con críticas y mensajes inequívocos en las canciones.
Está dividido en dos partes: la de Granada y la global. En la primera, que se abre con “El manantial” -12 minutos de piano, voz y guitarra para un poema de Lorca-, Jota exhibe con ganas su acento granadino en piezas inspiradas por aires flamencos y de copla. Ciertamente su voz no va a pasar a los anales del género, pero ¿acaso no hay duende en “Alegrías de Graná”? Mucha culpa la tiene la maestría a la guitarra, y a las palmas, de Edu Espín.
La que llaman parte global se atiene mucho más al sonido clásico de los Planetas. No tanto la temática de las canciones. Sus títulos -“El Negacionista”, “Nueva Normalidad”, “Antiplanetismo”, “El Rey de España”- ya dan idea de que exploran terrenos pantanosos de la realidad que vivimos.
“Morralla”, la última canción del capítulo dedicado a Granada, sirve de transición entre las dos partes. El tema, grabado en 1977 por el cantautor granadino Carlos Cano, es una afilada oda a de los obreros y los trabajadores del campo -la morralla que llamaban los señoritos-. En manos de Los Planetas se convierte en una deliciosa tonada pop.
Por el décimo disco de Los Planetas corren muchas aguas: hondas y superficiales; turbias y claras; quietas e impetuosas. Al final todas confluyen en un curso fresco y lleno de buenas canciones.