Si lo ocurrido lo vemos en una película o en una serie diríamos que es fruto de la delirante imaginación surrealista de un guionista de segunda fila o de un director de malas películas de serie B americanas. Explicar seriamente lo ocurrido cuesta trabajo porque cuesta creer lo ocurrido.
¿Cómo se puede entender que prácticamente la mitad de la Cámara de los Diputados festejase alborozadamente que no se aprobase una modificación de una norma laboral que objetivamente mejora sustancialmente la existente en cuanto a los derechos de los trabajadores más desprotegidos se refiere y que se indignaran hasta el paroxismo al comprobar que no fuese así?
Lo anterior se puede explicar por lo que alguien desde la tribuna de oradores se atrevió a decir que en las negociaciones con los distintos grupos parlamentarios no se había hablado del fondo del asunto, sino de cuestiones de estrategias partidistas y hasta personales. Para bajar el telón y apagar la luz.
Cuesta creer que la izquierda nacionalista juntara su voto negativo con PP y VOX para acabar con la pretendida reforma laboral y, por ende, con la legislatura del gobierno progresista. No se puede entender que ERC no quisiese coincidir con Cs y PDCat en el SÍ, pero no le importase coincidir en el NO con PP y VOX a los que tanto abomina. El PNV mirando de reojo a BILDU votó lo mismo para no despejarle camino gratis en Euskadi junto a los sindicatos nacionalistas.
Al parecer con los dos diputados de UPN se pretendió reeditar un nuevo “tamayazo”. El día anterior y hasta el mismo día de la votación mintieron públicamente con tono muy digno que, aunque no estaban de acuerdo con la reforma laboral, por disciplina de partido iban a votar SÍ, porque así lo había decidido la dirección de su partido. A cambio, el PSOE apoyaría una modificación de los presupuestos municipales de 27 millones de euros de Pamplona y retirar la reprobación del alcalde que se dirimía en ese mismo día y hora. La modificación presupuestaria llegó a aprobarse, pero constatado el NO de los diputados de UPN a la reforma laboral, el PSOE reacciona y junto a BILDU reprueban al alcalde en cuestión por actitudes xenófobas.
Toda la fiesta preparada por PP, VOX y los dos diputados de UPN, en la que participaban como convidados de piedras los partidos nacionalistas, se fue al traste porque afortunadamente para cientos de miles de trabajadores, un inútil diputado del PP se equivocó o dice que se equivocó a la hora de emitir su voto telemático.
La guinda del pastel se ha puesto al saberse que el susodicho diputado del PP se encuentra investigado por corrupción al que se imputa delito de prevaricación continuada cuando era alcalde de Trujillo, siendo esta al parecer la razón por la que se decidió optar por el voto telemático, ya que al parecer al PP no le interesaba que estando señalado por la justicia se le viera por el Parlamento. Hay quien se atreve a relacionar la posibilidad de la equivocación fortuita a la hora de emitir el voto telemático, precisamente a su difícil situación judicial, ya que su único mérito para ser diputado del PP es precisamente estar imputado.
Estos son los aspectos más relevantes del triste y lamentable sainete surrealista, al margen de actitudes personales impresentable de algún que otro diputado de la derecha que mejor obviar, en que se convirtió la votación de la convalidación del Decreto Ley de la Reforma Laboral, siendo espectadores de excepción sindicatos y patronal desde la platea del público en la Cámara de los Diputados y los miles de trabajadores atónitos viendo como sus intereses se debatían con tanta falta de responsabilidad y dignidad.
Lo peor de todo es que este impresentable vodevil no ha hecho más que empezar. Atentos.
Puño en Alto