Una nueva cepa del coronavirus se ha detectado en Reino Unido despertando la preocupación de países de su entorno debido a la mayor velocidad de propagación que conlleva, un 70 % más que el anterior.
Según los expertos estas mutaciones se producen como proceso de adaptación y supervivencia del virus ante un entorno que consideran hostil. De hecho, la de Reino Unido no es la primera mutación detectada del COVID-19, considerándose como un proceso “normal” dentro de la evolución de un virus.
Según señalan los expertos, esta nueva mutación no supone una mayor letalidad del virus, aunque su mayor velocidad de propagación puede provocar un importante aumento de la presión hospitalaria y, por tanto, aumentar la mortalidad. En cuanto a la eficacia de las vacunas contra esta nueva variante, los científicos consultados afirman que la nueva cepa no tendrá consecuencias frente a la eficacia de las vacunas aunque indican que sí será necesario vacunar a más población para conseguir la que denomina inmunidad de rebaño.
Ya se han detectado algunos casos provocados por esta nueva cepa del COVID-19 en Dinamarca, Países Bajos y Australia. De hecho países como Francia, Italia, Luxemburgo, o Portugal han suspendido sus conexiones con Reino Unido para evitar una mayor propagación de esta nueva cepa.
Por su parte, España reforzará el control de pruebas PCR a viajeros procedentes del Reino Unido, debiendo presentar una prueba con resultado negativo en las 72 horas previas a la llegada nuestro país.