Un joven de 22 años ha muerto y 40 personas más han resultado heridas de diversa consideración al derrumbarse en la madrugada del pasado sábado parte del escenario del Medusa Festival a consecuencia de una fuerte ráfaga de viento.
Este evento que se iba a celebrar en la localidad valenciana de Cullera entre los días 10 y 15 de agosto tuvo que ser suspendido después de un trágico suceso que ha vuelto a abrir el debate sobre las medidas de seguridad de estos festivales.
Según cuenta el diario Las Provincias, las estructuras metálicas que conformaban el escenario principal estaban ancladas al suelo con piquetas y cintas atadas a grandes maceteros y a depósitos de agua. Así se desprende de la inspección realizada por los especialistas de la Guardia Civil y un perito designado por el juzgado de Sueca que instruye la causa.
Del mismo modo, son numerosos los asistentes que horas antes de que ocurriese este accidente, ya habían compartido a través de redes sociales varios vídeos en los que se podía apreciar cómo se desprendían partes del propio escenario incluso antes de la llegada de las fuertes rachas de viento.
Estoy leyendo en muchos medios de comunicación y el propio festival medusa está diciendo que todo lo que ha pasado ha sido repentino debido a los “reventones” de viento, lo cuál es falso, el main stage se empezó a caer a trozos al principio de la tarde en el set de Steve Aoki +👇🏻 pic.twitter.com/KQ1t8DfdQK
— Wasted (@Pablo_Eusk) August 13, 2022
El Ayuntamiento de Cullera decretaba el sábado dos días de luto oficial tras el fallecimiento del joven de 22 años. Jordi Mayor, alcalde de este municipio valenciano, aseguró que el festival contaba con “todos los permisos y garantías administrativas”.
Por su parte, la organización del Medusa Festival ha defendido su actuación tanto antes como después del derrumbe de parte del escenario y ha reiterado a través de un comunicado que no se preveía un “fenómeno virulento” como el ocurrido la madrugada del sábado.