Han llegado noticias moderadamente esperanzadoras desde Toulouse, donde se reunió el Comité de Empresa Europeo con la multinacional Airbus para aclarar el devenir de la planta de Puerto Real. Sin embargo, la postura de la empresa, con el aplazamiento del cierre de la misma, no deja de ser una mera declaración de intenciones. La amenaza de que en un futuro próximo esta factoría de Puerto Real,y el CBC de El Puerto de Santa María acaben viendo mermada su producción anual y, por tanto, dando lugar al despido de trabajadores y trabajadoras, sigue estando ahí, acechando.
Las administraciones públicas de Andalucía y todos los agentes e interlocutores sociales y políticos (sindicatos, partidos políticos, entidades sociales, etc) deben hacerse fuertes para exigir sin ambages y de forma contundente que se incremente la carga de trabajo y se respete totalmente a la actual plantilla, subcontratas incluidas. Ineludiblemente, se deben conservar todos los puestos de trabajo, planificar a largo plazo e invertir en tecnología y logística. Para ello es clave aprovechar los fondos de recuperación de la Unión Europea y reforzar así el sector aeronáutico español.
Son muchas las familias de Jerez que dependen, directa o indirectamente, de la factoría de Puerto Real o del CBC de El Puerto (planta dependiente de la división de Defensa y Espacio de Airbus). Vecinos y vecinas que cogen su coche cada día para ir a trabajar a unas instalaciones que durante muchísimos años han demostrado su diligencia, competitividad y capacidad de producción. Hoy viven en la más completa incertidumbre, sin certezas laborales y en medio de un ERTE.
“Hace unos años ya vivimos una situación similar. Llegaron de un día para otro y nos avisaron de que estábamos en venta. Son momentos muy complicados, convulsos, en los que estás todo el día inquieto y no sabes que va a ser de ti”, explica a Ganemos Jerez un trabajador de Airbus de la provincia, describiendo su experiencia en primera persona: “En mi caso, después de tantos años intentando formar parte de la empresa, conseguí entrar. Y que te digan que lo pueden vender o cerrar supone un desánimo total”.
Este trabajador lamenta que el fenómeno de la deslocalización se ensañe con la provincia de Cádiz: “Siempre estemos igual en nuestra provincia, pagamos los platos rotos. El tejido industrial se lo están cargando: primero fue Delphi, después astilleros, tabacalera… y así con toda nuestra industria. No es un tema de productividad, porque aquí en Airbus siempre se nos ha conocido por mejorar las productividades de los paquetes de trabajo. Es contradictorio que nos pongan en tela de juicio. Son 93 años de la aeronáutica en Cádiz que se quieren cargar de un plumazo aprovechando la COVID”.
En palabras a Ganemos Jerez, otra trabajadora de una subcontrata dependiente de Airbus deja testimonio de las consecuencias que puede acarrear el cierre de alguna de las plantas: “la gente debe entender que, paralelamente al problema que supondría el cierre de la planta de Puerto Real, con cientos de familias afectadas que se quedarían en la calle, también supondría el cese de la actividad de otras muchas empresas que sobreviven gracias el trabajo que realizan para estas dos factorías”. Para estas trabajadoras y trabajadores la situación es realmente delicada: “se habla de recolocar a los/las trabajadoras de Airbus, en caso de cierre, pero de las personas que trabajamos en esas decenas (o quizás cientos) de subcontratas que dependen de Airbus ni siquiera se habla. Nos quedaríamos fuera”.