Los años 60 definitivamente habían terminado. Los grupos furor masivos, como The Beatles y The Rolling Stones, eran éxitos enormes de ventas por todo el mundo y eran miles las bandas que aspiraban a convertirse en el nuevo grupo de moda entre la juventud de la época. Sin embargo, también comenzaron a ser más numerosos los grupos que se oponían a toda la cultura marketinera en la que de golpe había parecido a convertirse el rock y que se alejaba cada vez más de su realidad cotidiana, de su vida, de su trabajo, de sus problemas para llegar a fin de mes en una sociedad atravesada por crisis económicas y con el fantasma de la Guerra Fría. Para ellos, el rock era otra cosa. Era sinónimo de rebeldía y de oposición absoluta contra todo tipo de estereotipos y no de “caretas”. Así fue que a mediados de la década del 70 nació el punk, con influencias de distintos lugares pero cuyos máximos exponentes tenían incluso distintos ritmos entre sí, como fueron Sex Pistols, The Ramones, Blondie y por último, The Clash.
Letras rudas
La banda se había formado en 1976 con el cantante Joe Strummer a la cabeza, quien traía influencias del rock clásico y del rockabilly, el guitarrista y segunda voz, Mick Jones, amante de The Beatles, los Who y los Rolling Stones; el bajista Paul Simonon era fanático de la música negra y sobre todo del reggae, y Topper Headon, que reemplazó en la batería a Terry Chimes, era un músico brillante y versátil que posaba sus oídos en todo tipo de música incluyendo el soul y el jazz. La idea del nombre fue sugerido por Simonon luego de haber leído la palabra en reiteradas ocasiones en un mismo periódico.
La primera vez que pisaron un escenario fueron soporte de Sex Pistols y su primer disco, The Clash, se distinguió rápidamente por sus letras contestatarias, convirtiéndose en un éxito en el Reino Unido pero que no llegó a pisar suelo yankee por la “rudeza” de sus letras, en claro contraste de lo poco que ya quedaba del american way of life. Las fronteras las cruzó finalmente su segundo disco, Give ’Em Enough Rope, que llevó al grupo a varias giras internacionales con varios simples que finalmente se compilaron en el disco Black Market Clash.
“This is London Calling”
Sin embargo, la explosión de The Clash llegó recién en su tercer disco: los encontró en una época en la que sus miembros de llevaban muy bien entre sí y surgió la idea de hacer un disco doble al precio de uno por la cantidad de temas que tenían y también como una forma de retribución a sus seguidores. En un Reino Unido colapsado por el desempleo, los crímenes raciales y el abuso de drogas, nació London Calling, cuyo título hace referencia al aviso de alarma de los noticiarios de la BBC durante la Segunda Guerra Mundial, “This is London calling”, traducido a “Aquí Londres emitiendo”. Su primer tema, el que le da el título al álbum, sonó como si las guitarras entraran en batalla sonando al mismo tiempo mientras que la artillería pesada era la potente batería de Headon, retratando el panorama negro que se avecinaba con el arribo de Margaret Thatcher y los conservadores al gobierno británico.
London Calling se caracterizó en lo esencial por el uso de ska, pop, soul, rockabilly y reggae y por el contenido de sus letras de denuncia anti imperialista (“Coca Cola”), sobre la explotación (“Clampdown”), la marginalidad y la brutalidad policial en los barrios populares (“Guns of Brixton”), y también hermosas canciones sobre temáticas más universales como la soledad (“Lost in the supermarket”), o cuestiones históricas como la guerra civil española (la conmovedora “Spanish bombs”). Tras su lanzamiento, vendió aproximadamente dos millones de copias, alcanzó el número nueve en el Reino Unido y fue certificado el oro en diciembre de 1979. Con los años, fue considerado uno de los mejores discos de la historia de la música. De hecho, la revista Rolling Stone lo consideró como el octavo mejor de la historia en su lista de los 500 mejores álbumes de todos los tiempos, donde también figuran otros dos discos del grupo, The Clash y Sandinista!
Posteriormente, la influencia de The Clash y el éxito de London Calling llegaron hasta U2, Pearl Jam, Arctic Monkeys, Public Enemy, The Strokes y Rage Against the Machine, demostrando su vigencia y su atemporalidad por la crítica y el despiadado retrato de la sociedad moderna. Una buena oportunidad o excusa para escucharlo por primera vez o para seguir gritando a todo volumen sus temas.
Fuente: izquierdadiario.es