La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible ha informado al Consejo de Gobierno de la puesta en marcha del proyecto piloto de restauración de la vegetación de la marisma mareal de la Bahía de Cádiz para maximizar su capacidad de retención de dióxido de carbono (absorción de carbono azul). En concreto, la Junta prevé actuar sobre los factores que alteran las condiciones hídricas e hidrodinámicas de este sistema a través de su repoblación con ‘Spartina maritima’ y de la recolonización natural de la zona. En cuanto a esta segunda medida, se contempla la puesta en marcha de diferentes acciones encaminadas a mejorar el régimen hídrico y la recuperación del perfil de terreno en las áreas de actuación para fomentar el crecimiento natural de la vegetación.
La restauración que plantea este proyecto piloto afecta a 365 hectáreas de marismas mareales de titularidad pública que forman parte del Parque Natural Bahía de Cádiz y que, según las estimaciones, podrían absorber un total de 106.367 toneladas de dióxido de carbono (CO2) en los próximos 50 años. Por un lado, la Consejería contempla actuaciones en 210 hectáreas del paraje de Las Aletas, que presentan un alto estado de degradación y alteración del régimen mareal; y, por otro lado, también prevé la puesta en marcha de medidas en 155 hectáreas de la margen norte del río Guadalete, cuyo régimen hídrico se ha visto alterado por cubetas y barreras que tienen fines acuícolas y salineros.
A este proyecto de la provincia de Cádiz se suma también otra iniciativa que está impulsando la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible en el Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, en Almería, en el marco del proyecto internacional ‘Life Blue Natura Andalucía’ que coordina el Gobierno andaluz. En el caso de las actuaciones en Cabo de Gata, el objetivo es la conservación y restauración de praderas de posidonia oceánica afectadas por bloques de hormigón y otros elementos asociados, que funcionan como estructuras de anclaje para fondeo no regulado.
Además de estos dos proyectos, el ‘Life Blue Natura Andalucía’ ha alcanzado ya otros logros como, por ejemplo, posicionar a la comunidad autónoma como la primera región de España que cuenta con un estándar desarrollado que permite a las iniciativas de carbono azul considerarse, oficialmente, una herramienta de reducción o compensación de emisiones de gases de efecto invernadero. En el seno de este ‘Life’ se ha impulsado también la realización de una caracterización y cartografía de las praderas de posidonia y las marismas mareales de todo el litoral de Andalucía, e igualmente se ha calculado el stock y el flujo de carbono de estos ecosistemas.
Entre los participantes de este proyecto de cooperación internacional de ámbito ambiental se encuentran, además de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, otras entidades como el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y la Asociación Hombre y Territorio (HYT).
Importantes sumideros de CO2
La captura de carbono que realizan los océanos y ecosistemas costeros se considera una vía de gran utilidad para hacer frente a los efectos del cambio climático, pues las concentraciones de posidonias y la vegetación que crece en el área de afección de las mareas pueden llegar a capturar entre tres y cinco veces más dióxido de carbono que los bosques tropicales. Además, estos sistemas naturales acuáticos tienen la capacidad de evitar que el CO2 vuelva a la atmósfera al retenerlo durante miles de años.
Por esta razón, la Consejería trabaja en la inclusión de los proyectos de restauración y conservación de marismas mareales y praderas de posidonia oceánica en el mercado voluntario de compensación de emisiones de carbono. Ambas iniciativas están ya inscritas en el catálogo andaluz de proyectos de compensación