El Estado Español seguirá enviando armas a Ucrania. Hace unos días la ministra de defensa, Margarita Robles, aseguraba que el anterior envío “ya estaba en manos de la resistencia ucraniana” y que “en función de cómo vayan evolucionando las circunstancias en los próximos días haremos otro envío”. Hoy José Manuel Albares, ministro de asuntos exteriores, confirma que España hará otro envío en los próximos días.
Este sería el segundo envío de armas directo del Estado español a Ucrania continuando así la escalada militarista por el conflicto ucraniano. Aunque, por supuesto, no es la única forma que el Gobierno español financia la guerra en Ucrania, sino que se ha llevado a cabo a través del llamado “fondo para la Paz” de la UE, con la friolera cantidad de 500 millones de Euros. Hoy también conocemos como el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell, ha alentado en la cumbre europea de Versalles doblar el presupuesto europeo para financiar el envío de armamento a Ucrania, llegando así a la estratosférica cifra de 1000 millones de Euros.
Las justificaciones que ofrece la ministra de defensa se amparan en el “apoyo de los ciudadanos ucranianos” y defender su población civil. Pero ni la UE, ni sus potencias, ni la OTAN están enviando armamento para “apoyar al pueblo ucranano” por la democracia y la libertad frente al peligro de Putin. La clase trabajadora de Ucrania es la última preocupación de estas entidades que se formaron con el objetivo de defender la supremacía militar y económica de las principales potencias imperialistas occidentales. Si realmente les importara el pueblo ucraniano y su sufrimiento, o la opresión de los pueblos del mundo no seguirían apoyando al Estado de Israel que masacra a la población palestina, no habrían bombardeado Libia en 2011, ni invadido Afganistán.
Parece claro pero hay que señalarlo: con más armas no se detiene una guerra, sino que se avanza en la escalada de tensiones de ambos bandos. El envío de armas a Ucrania y el reforzamiento de tropas en Europa del Este, ha sido el pretexto perfecto para el rearme de la OTAN y la UE, y extender su zona de influencia frente a Rusia. Darle armas a un gobierno reaccionario como el de Zelensky, que sostiene y confluye con organizaciones paramilitares algunas abiertamente neonazis no es defender la democracia.
Esta decisión tuvo una reacción momentánea por parte de la izquierda institucional. Voces como la de Irene Montero o Ione Belarra sostuvieron por pocas horas que “contribuir a la escalada bélica no va a resolver antes el conflicto y puede llevar a un escenario completamente incierto y muy peligroso de conflicto mundial” para luego matizar en boca de Isa Serra que “Sánchez sabe que cuenta con nuestro apoyo”
Yolanda Díaz por su parte afirmó hace una semana con el primer envío de armas que no había ninguna crisis en el seno del Gobierno y que la decisión de Sánchez también “contaba con todo su apoyo”. Ante dichas declaraciones Isa Serra sostuvo “tenemos diferencias con Yolanda Díaz, pero estamos de acuerdo en lo fundamental. Yolanda Díaz es nuestra candidata, y por eso apostamos”. Ante este segundo envío de material bélico ya no han hecho ninguna declaración. Ninguna incomodidad supone para Unidas Podemos seguir formando parte de un Gobierno que continúa enviando armas a Ucrania.