La Sanlúcar del Santo Régimen es peculiar por muchas razones. Unas conocidas, otras obviadas y algunas otras por conocer. No es cuestión de hacer una lista pormenorizada de cuáles son las razones conocidas, obviadas y por conocer que hacen de la Sanlúcar del Santo Régimen una ciudad peculiar, entre otros motivos porque, a buen seguro, están en su gran mayoría en el imaginario colectivo de sus vecinos. Sin embargo, hay razones que se encuentran entre la frontera de las obviadas y por conocer. Y ahí es el centro de interés de esta sucinta reflexión.
Si nos ceñimos al estricto plano político, hay algunas curiosas razones que se obvian o se desconocen que puedan justificar determinadas actitudes o hechos. Ejemplo muy paradigmático es la intención del alcalde de obviar cuando no minimizar el narcotráfico y sus consecuencias económicas y sociales en la ciudad. Algo que está originando no pocas suspicacias, dimes y diretes entre la población, pero que, al susodicho, dada su especial insensibilidad social, le trae al pairo.
Pero vayamos a algo más prosaico, pero con determinada relevancia. Es el extraño caso de los tránsfugas existentes en el pleno municipal de la Sanlúcar del Santo Régimen. Ya saben, aquel de la extrema cara dura, que en un discurso en el mismo pleno puso a parir a su partido diciendo que era un chiringuito donde solo iban por la pasta y aquel otro que llamado a asaltar los cielos no llegó ni a un primer piso. Ambos anunciaron abandonar la formación política por la que fueron elegidos concejal para integrarse en otro chiringuito político. Ha pasado el tiempo y ni una cosa ni otra, es decir, no se sabe si han formalizado su paso al grupo de los no inscritos, porque aún siguen representando al grupo municipal originado al salir elegido como concejal, ¿por qué?
La razón obvia es para seguir disfrutando de la asignación económica asignada por el ayuntamiento y la posibilidad de poder usar un contrato para un funcionario de empleo, porque de pasar al grupo de los no inscritos dejarían de tener derecho a esas prerrogativas. A lo mejor en uno de los casos, en esa obviedad entra poder seguir costeando el alquiler de una sede, posible acuerdo pata que tránsfuga y partido de origen no salgan perjudicados.
La presunta razón desconocida, que pueda estar en la frontera de la obvia también, es el presumible acuerdo tácito o no con el equipo de gobierno local de mantener la extraña situación, porque a los dos socios del gobierno, a uno más que al otro, les interesa que sigan vivos políticamente hasta las próximas elecciones municipales de mayo de 2023 porque les convienen que la izquierda y derecha de ambos estén más fragmentada.
Mientras tanto, mes tras mes a calentar sillones en el pleno, y a poner la mano para cobrar lo estipulado y a los que los creyeron y depositaron la confianza en ellos, que les zurzan. Y si de camino, pueden pasar factura a quienes culpan de todos sus males y fracasos, se las pasan presentando mociones llenan de oportunismo y populismo.
Es el caso del tránsfuga frustrado asalta cielos que, en el último pleno municipal de forma oportunista y populista, así fue calificado por algunos, quiso meter el dedo en el ojo al llamado gobierno progresista de la nación por el desorbitado precio de la luz que no de la energía eléctrica. Cegado por su deseo de erosionar políticamente a quienes consideran enemigos olvidó informarse antes y quedó ridiculizado y retratado en su triste miseria e irrelevancia política. Para pretender salir airoso del difícil momento, de forma airada se inventó haber sufrido insultos y descalificaciones que tan solo pudo estar en su aciago imaginario. Luego, relamiéndose las heridas pretendió atacar en las redes sociales dando donde cree que duele y daña, sin saber que un tránsfuga “convicto y confeso” sumido en la irrelevancia política y social, incluso en la peculiar Sanlúcar del Santo Régimen, nada tiene que aportar ni ofrecer más allá de su retirada sin hacer ruido.