Los grandes medios suelen tergiversar las noticias provenientes de Ucrania. La mentira para favorecer a sus dueños (los gobiernos occidentales y, sobre todo, el gran capital) es su sello de acción. Así, en este conflicto, suelen intentar hacernos creer que los soldados rusos bombardean escuelas, hospitales, teatros… y otros lugares donde, por uno u otro motivo, se mueve la población civil.
Esto suele ser falso, como ha quedado demostrado en muchas ocasiones. Lo que tratan de ocultar con sus mentiras es que el Ejército ucraniano y sus batallones neonazis habitualmente ocupan esos lugares y retienen a los y las civiles contra su voluntad. Y lo hacen para utilizarlos como escudos humanos, porque saben, aunque no lo difunden, que los soldados rusos poseen humanidad y difícilmente atacarían esos edificios con civiles dentro.
Lo que el Ejército de Ucrania y sus neonazis demuestran con esta actitud es su enorme deshumanización, además de su evidente cobardía.
Una vez más, militares ucranianos y paramilitares de los Batallones de Defensa Terrestre han hecho suyos centros de enseñanza, y hasta en un hospital psiquiátrico, para establecer posiciones en varias ciudades.
En estos lugares han desplegado vehículos blindados, artillería, misiles de escopeta y posiciones de disparo. Nos estamos refiriendo a las ciudades de Dnipró, Nikoláyev (en esta ciudad lo han hecho en un internado para niños sordos), Kramatorsk y Sláviansk.
Según información facilitada por el jefe del Centro de Gestión de la Defensa Nacional ruso, el coronel general Mijaíl Mizintsev, “en Barenkovo, Járkiv, las nacionalistas ucranianas han desplegado en el edificio de un hospital psiquiátrico y han retenido por la fuerza a los civiles en su sótano”.
Mizintsev subrayó que estos hechos son otra clara evidencia de la continua actitud inhumana del Gobierno de Ucrania, con Zelenski a la cabeza, hacia su propio pueblo.