El gobierno danés, tras decretar ayer el sacrificio de más de 17 millones de visones en todo el país tras el hallazgo de una mutación del coronavirus en estos animales, ha endurecido las medidas restrictivas en todo el país. Científicos han verificado que esta mutación es trasladable al ser humano y ya hay confirmados más de 200 casos.
Cabe destacar que Dinamarca es el mayor productor mundial de piel de visón y que una mutación del virus entra dentro de lo que la comunidad científica considera como “normal”. Aún así, y para evitar que esta mutación reste eficacia al desarrollo de una vacuna contra el COVID-19, la primera ministra Mette Frederiksen ha comunicado en rueda de prensa que “hay que sacrificar a todos los visones”.
Por su parte, el responsable de la Autoridad Danesa de Control de Enfermedades Infecciosas ha defendido esta decisión: “Seguir con la cría de estos visones supondría un riesgo muy elevado para la salud pública, tanto en Dinamarca como en el extranjero”, asegura.
El país ha decretado restricciones específicas para casi 300.000 personas residentes en zonas cercanas donde se ha detectado la mutación para impedir nuevos contagios en humanos. Según la primera ministra danesa, “a partir de esta noche, los ciudadanos de siete comunas del norte de Jutlandia deben quedarse en sus propias localidades para impedir la propagación de la infección”