Airbus ha tomado la decisión unilateral de cerrar la planta de Puerto Real sin escuchar a sindicatos y trabajadores que han defendido la planta, con su mantenimiento de carga de trabajo y puestos de empleo. La empresa estaría preparando esto desde el estancamiento de las negociaciones con sindicatos, ya sea porque se negaban a admitir las demandas de las trabajadoras de evitar el cierre o porque incluso el vergonzoso acuerdo presentado por las direcciones de Comisiones Obreras y UGT que en la práctica avalaba la decisión tomada por la empresa, les era insuficiente.
Airbus argumenta que no es viable la fábrica debido a la situación del sector aeronáutico tras la pandemia del 2020, argumentan que no se recuperará la actividad hasta 2025. Su argumento clave es que se habría dejado de producir el superjumbo A-380, razón de ser de la planta según la empresa. Por parte de los sindicatos se argumenta no sólo que se puede mantener la carga de trabajo, sino que la planta lleva años sin que la totalidad del suelo productivo se aproveche, por lo que se trata más de una decisión de la empresa que no se rige por los criterios de productividad, ya que la planta habría demostrado su alto rendimiento a lo largo de los años.
La empresa ha decidido tras meses de protestas por parte de los trabajadores, cerrar la planta de Puerto Real y trasladar todos los empleos directos a la planta CBC de El Puerto de Santa María. La industria auxiliar queda sin garantías como se denunciaba desde CGT al inicio del conflicto. Argumentan que el CBC aumentará el número de pedidos recibidos sin que ello implique un aumento de carga de trabajo por encima del número de puestos de empleo actuales entre ambos centros.
En cuanto a la planta de Puerto Real, Airbus se habría remitido al acuerdo propuesto por burocracia sindical y gobierno en el que la fábrica se convertiría en un centro 4.0 de innovación y avance tecnológico. Algo que no asumirá la empresa sino el Gobierno a través de la SEPI. Una posibilidad que ha sido altamente criticada desde el primer momento por las trabajadoras y trabajadores, recordando que estos experimentos siempre han terminado fracasando y siendo un sumidero de dinero público. Por lo que fue rechazada por la asamblea de trabajadores y se siguió manteniendo la consigna de mantener Puerto Real abierto.
Airbus se encontraría tras lograr acuerdo con la cúpula de las burocracias sindicales en Madrid, en proceso de tramitar unos ERTES que ni siquiera cumplen lo expuesto en el borrador del acuerdo al que se estarían ateniendo, ya que no contemplan pagar un complemento económico a sus trabajadores como se indicaba en el texto. Una muestra más del fracaso de la estrategia de la burocracia sindical basada en el dialogo social, ya que no sólo proponen acuerdos a la baja que condenan al paro a la industria auxiliar y permiten el cierre de la planta, sino que la empresa se permite seguir regateando cosas a Comisiones Obreras y UGT.