El caso de la brutal paliza proponada en Linares por dos policías a un padre y su hija menor de edad no puede considerarse un caso aislado en el marco de los cuerpos policiales del Estado español (…).
El pasado fin de semana las imágenes de la brutal paliza que de dos policías propinaron a un padre y su hija de 14 años, en la localidad jienense de Linares, provocaban la indignación en todo el Estado. La actitud «matonil» y chulesca demostrada por los agentes, y registrada a través de varios teléfonos móviles, fue tan evidente que ni siquiera el el corporativismo policial ha logrado impedir que se les detuviera y pusiera a disposición judicial, aunque esto esté lejos de garantizar que vayan a ser condenados por la agresión.
Pero aunque este caso ha sido especialmente mediático, las agresiones policiales conocidas son lo suficientemente numerosas en el Estado español, para que lo sucedido en Linares no pueda considerarse una simple excepción.
Hace escasos días, sin ir más lejos, las redes sociales difundían también las imágenes de dos policías locales de Arrecife que agredían gratuitamente a dos testigos de la detención que estaban efectuando. El vídeo grabado por un vecino muestra como uno de los agentes comienza arrebatando de un manotazo el móvil a una mujer, para empezar agredir luego a su pareja cuando este sale en su defensa.
Posteriormente, el hombre agredido retrocede y se mantiene a distancia de ese agente, sólo para recibir un certero golpe, dado a traición por otro policía que lo noquea de inmediato.
Según informaba el diario digital La Voz de Lanzarote, el concejal de policía de Arrecife, Alfredo Mendoza, tras «lamentar profundamente los hechos», afirmó que
«está totalmente convencido de que en ningún momento hubo intención por parte de los agentes de hacer ningún tipo de uso desproporcionado de la fuerza». «Garantizo –añadió el concejal en su justificación– que vivimos en una ciudad segura, y la Policía Local es responsable y profesional».
Apenas unos días después de que se produjera este incidente, la prensa local de Gran Canaria informaba de una nueva agresión de dos policías locales de paisano a un ciudadano, al que atacaron mientras insultaban llamándolo «sudaca de mierda».
La Policía Nacional ha abierto una investigación para esclarecer los hechos que ha denunciado un ciudadano, en la que se relata cómo dos agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria que se encontraban de paisano presuntamente agredieron, tras lanzarles una serie de insultos racistas como “sudaca de mierda” o “moros”, a un grupo de amigos de cuatro varones, tres canarios y un argentino, y a otro hombre de origen nepalí, en las inmediaciones del parque Santa Catalina.
Las cuatro víctimas,, de unos 35 años de edad estaban en la vía pública de camino a sus casas para cumplir con el toque de queda impuesto para combatir la propagación de la Covid-19, cuando dos personas -ambas canarias- y “uno de ellos calvo y el segundo de color rubio y ojos azules”, al oír a uno de los denunciados, de nacionalidad argentina, le llamaron “sudaca de mierda”. Y seguidamente, al observar las características de otro de los jóvenes (muy moreno de piel, pero canario de nacimiento y de familia) “le acusó de ser moro”, según recoge el acta.
Acto seguido, los dos individuos se abalanzaron con violencia, tanto física como verbal, sobre los cuatro hombres, que se defendieron, siempre según la denuncia. En medio de la disputa, sacaron cada uno su placa identificándose como agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria vociferando: “Que nosotros somos la autoridad”.
Los presuntos agresores portaban botellines de cerveza y mostraban “signos de haber consumido sustancias estupefacientes, al tener las pupilas dilatadas y con movimiento constante e incontrolado de mandíbula”, según recoge la denuncia presentada por uno de los cuatro agredidos en la mañana de ayer, sábado
Durante el transcurso de la disputa, se retiraron unos metros de los agresores, al ver cómo estos “se toparon con un varón de origen nepalí, al que sin motivo alguno comenzaron a agredir”. Esta persona no hablaba español y acababa de llegar a la Isla.
Cabe señalar que, al menos en el caso sucedido en Las Palmas de Gran Canaria y el de Linares, los agresores, «agentes de la ley» han sido acusados también de actuar bajo los efectos del alcohol y otras drogas ilegales.
Se trata, en cualquier caso, solamente de tres ejemplos de entre los muchos casos de agresión policial, malos tratos y torturas que, según diversos organismos de derechos humanos, se producen en el Estado español. Y que la mayor parte de los casos, según los informes de estos organismos, son archivados, sin ningún tipo de condena o sanción