El cáncer es una de las principales causas de mortalidad entre niños y adolescentes en todo el mundo. En los países de ingresos altos, más del 80% de los niños afectados de cáncer se curan, pero en muchos países de ingresos medianos y bajos la tasa de curación es de aproximadamente el 20% [2-3].
Las causas de las menores tasas de supervivencia en los países de ingresos medianos y bajos son la incapacidad de obtener un diagnóstico preciso, la inaccesibilidad de los tratamientos, el abandono del tratamiento, la muerte por toxicidad (efectos secundarios) y el exceso de recidivas, en parte debidas a la falta de acceso a medicamentos y tecnologías esenciales; dar respuesta a estas deficiencias aumenta la supervivencia y puede ser altamente costoeficaz [2-3].
¿Qué provoca el cáncer en los niños?
El cáncer afecta a personas de todas las edades y puede aparecer en cualquier parte del cuerpo. Comienza con cambios genéticos en una sola célula que posteriormente se multiplica sin control. En muchos cánceres, este comportamiento da lugar a una masa (o tumor). Si no se trata, el cáncer por lo general se extiende, invade otras partes del cuerpo y provoca la muerte.
A diferencia del cáncer en adultos, la inmensa mayoría de los cánceres en los niños no tiene una causa conocida. Muchos estudios han tratado de identificar las causas del cáncer infantil, pero son muy pocos los cánceres causados por factores ambientales o relacionados con el modo de vida en los niños. Las medidas de prevención del cáncer en los niños deben centrarse en los comportamientos que impedirán que desarrollen cánceres prevenibles cuando sean adultos.
Algunas infecciones crónicas constituyen factores de riesgo de cáncer infantil y son más importantes en los países de ingresos medianos y bajos. Por ejemplo, el VIH, el virus de Epstein-Barr y el paludismo aumentan el riesgo de padecer algunos tipos de cánceres infantiles. Otras infecciones pueden incrementar las posibilidades de que los niños desarrollen cáncer en su vida adulta, por lo que es importante la vacunación y la aplicación de otros métodos, como el diagnóstico o la detección precoces, para reducir las infecciones crónicas que pueden provocar cáncer, ya sea en la infancia o con posterioridad.
Los datos actuales indican que aproximadamente el 10% de los niños que padecen cáncer tienen una predisposición genética. Es necesario continuar investigando para identificar los factores que inciden en el desarrollo de cáncer en los niños.
Mejora de los resultados del cáncer infantil
Dado que, por lo general, el cáncer en los niños no se puede prevenir, la estrategia más eficaz para reducir su carga consiste en centrarse en el diagnóstico precoz y correcto, seguido de una terapia eficaz.
Diagnóstico precoz
Cuando el cáncer se detecta en una fase temprana, es más probable que responda a un tratamiento eficaz y aumenten las probabilidades de supervivencia, se reduzca el sufrimiento y el tratamiento resulte más económico y menos intensivo. Se puede mejorar significativamente la vida de los niños con cáncer si la enfermedad se detecta pronto y se evitan los retrasos en el tratamiento. Un diagnóstico correcto es vital para tratar a esos niños, porque cada cáncer requiere un régimen terapéutico concreto que puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia.
El diagnóstico precoz consta de tres componentes:
- concienciación de las familias y acceso a la atención sanitaria;
- evaluación clínica, diagnóstico y determinación del estadio (averiguar hasta qué punto se ha propagado el cáncer);
- acceso al tratamiento.
El diagnóstico precoz es importante en todos los entornos y aumenta la supervivencia en muchos cánceres. Se han puesto en marcha con éxito programas para promover el diagnóstico precoz y correcto en países de todos los niveles económicos, a menudo con la colaboración de los gobiernos, la sociedad civil, las organizaciones no gubernamentales, y en particular los grupos de padres. El cáncer infantil se asocia a diversos síntomas de alerta que pueden ser detectados por las familias y por profesionales sanitarios de atención primaria capacitados.
El cribado, por lo general, no resulta de ayuda en el cáncer infantil. En algunos casos concretos, se puede plantear recurrir a ella en las personas con alto riesgo. Por ejemplo, algunos cánceres oculares en los niños pueden estar provocados por una mutación hereditaria, por lo que si se detecta esa mutación en la familia de un niño con retinoblastoma, se puede ofrecer asesoramiento genético y hacer un seguimiento a sus hermanos por medio de exámenes oculares periódicos desde muy pequeños. Las causas genéticas del cáncer infantil son relevantes solamente en un número reducido de los niños afectados. No hay pruebas contundentes que avalen el uso de programas de detección basados en la población dirigidos a los niños.
Tratamiento
Un diagnóstico correcto es esencial para tratar a los niños enfermos de cáncer, ya que cada cáncer requiere un régimen terapéutico específico que puede incluir cirugía, radioterapia y quimioterapia. El acceso a un diagnóstico eficaz, los medicamentos esenciales, la anatomía patológica, los productos sanguíneos, la radioterapia, la tecnología y la atención psicosocial y de apoyo varía y no es equitativo en diferentes partes del mundo.
No obstante, la curación es posible en más del 80% de los niños con cáncer, en la mayoría de los casos con medicamentos genéricos de bajo costo que figuran en la Lista de Medicamentos Esenciales de la OMS. En la Lista de Medicamentos Pediátricos Esenciales de la OMS, que se definen como los medicamentos que satisfacen las necesidades prioritarias de atención de salud de la población, figuran 22 citotóxicos y medicamentos coadyuvantes y 4 tratamientos hormonales para tratar el cáncer infantil. Los niños que terminan el tratamiento necesitan atención continuada para controlar las recurrencias y vigilar la posible toxicidad del tratamiento.
Cuidados paliativos
Los cuidados paliativos alivian los síntomas provocados por el cáncer y mejoran la calidad de vida de los pacientes y de sus familias. No todos los niños con cáncer se pueden curar, pero el alivio del sufrimiento es posible para todos los enfermos. Los cuidados paliativos pediátricos se consideran un componente central del tratamiento integral que se inicia cuando se diagnostica la enfermedad, y se dispensan independientemente de si el niño recibe o no un tratamiento con finalidad curativa.
Los programas de cuidados paliativos se pueden aplicar por medio de la atención comunitaria y domiciliaria con el fin de aliviar el dolor y ofrecer apoyo psicosocial a los pacientes y sus familias. Se debe proporcionar un acceso adecuado a la morfina oral y otros analgésicos para tratar el dolor moderado a intenso provocado por el cáncer, que afectan a más del 80% de los pacientes con cáncer en fase terminal.
Respuesta de la OMS
En 2018, la OMS puso en marcha, junto con algunos asociados, la Iniciativa Mundial contra el Cáncer Infantil para ofrecer asistencia técnica y en materia de liderazgo como apoyo a los gobiernos para la creación y el mantenimiento de programas de calidad dedicados al cáncer infantil. Su finalidad es lograr una tasa de supervivencia de, como mínimo, el 60% de los niños con cáncer en todo el mundo en 2030. Esta cifra representa aproximadamente el doble de la tasa de curación actual y salvará un millón más de vidas en los próximos diez años.
Los objetivos de la iniciativa son:
- reforzar la capacidad de los países de ofrecer las mejores prácticas en atención médica para el cáncer infantil;
- dar prioridad al cáncer infantil e incrementar la financiación disponible en el plano nacional y mundial.
La OMS y el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC) colaboran con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y otros asociados y organizaciones de las Naciones Unidas para:
- aumentar el compromiso político con respecto al diagnóstico y el tratamiento del cáncer infantil;
- prestar apoyo a los gobiernos para que creen centros contra el cáncer y sucursales regionales de calidad para garantizar el diagnóstico precoz y preciso y el tratamiento eficaz de la enfermedad en los niños afectados por el cáncer;
- elaborar normas y herramientas para orientar la planificación y la aplicación de las intervenciones relacionadas con el diagnóstico precoz, el tratamiento, los cuidados paliativos y la atención a los supervivientes, incluidas las necesidades relativas a los cánceres infantiles;
- mejorar el acceso a medicamentos y tecnologías esenciales y asequibles;
- prestar apoyo a los gobiernos para que eviten la ruina económica y el aislamiento social de las familias de niños con cáncer como consecuencia de la atención oncológica.
Esta iniciativa se enmarca en la aplicación de la resolución Prevención y control del cáncer en el contexto de un enfoque integrado (WHA70.12) de la Asamblea Mundial de la Salud, que insta a los gobiernos y a la OMS a acelerar las medidas encaminadas a lograr los objetivos de reducción de la mortalidad prematura a causa del cáncer previstos en el Plan de Acción Mundial y la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Referencias
1.Steliarova-Foucher E, Colombet M, Ries LAG, et al. International incidence of childhood cancer, 2001-10: a population-based registry study. Lancet Oncol. 2017;18(6):719-731.
2.Gupta S, Howard SC, Hunger SP, et al. Treating Childhood Cancer in Low- and Middle-Income Countries. In: Disease Control Priorities, volume 3. http://dcp-3.org/chapter/900/treating-childhood-cancers-low-and-middle-income-countries
3.Howard SC, Zaidi A, Cao X, et al. The My Child Matters programme: effect of public-private partnerships on paediatric cancer care in low-income and middle-income countries. Lancet Oncol. 2018;19(5):e252-e266.
4.Zhang J, Walsh MF, Wu G, Edmonson MN, Gruber TA, et al. Germline Mutations in Predisposition Genes in Pediatric Cancer. N Engl J Med. 2015 Dec 10;373(24):2336-2346.